El informe destaca que los amortiguadores del crecimiento económico global han seguido siendo, de una parte, el consumo privado y, de otra, las fuentes de apoyo fiscal. La trayectoria descendente de la inflación se ha seguido consolidando de la mano de la normalización de las cadenas de suministro, de efectos base en los precios de la energía y de cierto paso hacia una desaceleración más amplia en los componentes de la cesta. Con ello, el ciclo de endurecimiento monetario global ha pasado a presentar una situación más equilibrada entre nivel de actividad económica y dinámica de los precios, aunque sujeto a un entorno cada vez más desafiante y tensionado por el lado de la geopolítica. Este contexto plantea un panorama para la actividad aseguradora de menores crecimientos que afectará a sus líneas de negocio más cíclicas y vinculadas al crédito, si bien se espera una mejora en la rentabilidad a medida que se materialicen los ajustes de las primas de seguros para adaptarlas a la inflación, se moderen los crecimientos de los costes y se mantenga el apoyo de los ingresos financieros por las subidas de los tipos de interés.
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