En general, en los seguros de daños, la prima se compone de: prima de reparación, destinada a cubrir la posibilidad de que el objeto asegurado sufra daños a causa de siniestro, que hagan necesaria la reparación, y prima de reposición, destinada a reponer el objeto como nuevo cuando los daños sufridos signifiquen su pérdida total. La parte de prima de reposición es alta en el primer año de vigencia del contrato y va disminuyendo según decrece, por el uso, el valor del objeto asegurado.
Al contrario, la parte de prima de reparación aumenta, ya que también aumentan los posibles costes de reparación del objeto asegurado, por el propio envejecimiento de este. Normalmente los aumentos y disminuciones de las dos partes de prima, al compensarse, no influyen en la prima global, lo que no obsta para que en determinados contratos con alto capital asegurado, se regularicen anualmente las primas a tenor de lo expuesto.