Se denomina «préstamo simple», o propiamente dicho, al contrato, ya gratuito ya con pacto de pagar interés, por el que una persona entrega a otra dinero u otra cosa fungible (sustituible por otra similar al bien que se devuelva), para que, transcurrido un cierto tiempo, se devuelva otro tanto de la misma especie y calidad.
Dentro de la categoría genérica del préstamo, se encuentra el denominado «comodato», en el cual las cosas que se entregan siempre para su uso, han de ser necesariamente de naturaleza no fungible, debiendo en todo caso ser gratuito, ya que si no reúne este último carácter se considera arrendamiento de cosas. En el tráfico mercantil, el préstamo es por esencia «préstamo simple» de dinero, títulos de crédito o mercaderías, y no gratuito.