Pérdida de valor que sufre un bien (material o inmaterial) desde su adquisición. Es consecuencia principal del desgaste debido al uso, al paso del tiempo, a la vejez, a que se ha quedado obsoleto (anticuado o inadecuado, modas o necesidades actuales). Véase obsolescencia.
Debe tenerse en cuenta para una correcta valoración los bienes.
Dentro de la actividad aseguradora se da este nombre a la disminución del valor que sufre el objeto asegurado a consecuencia, normalmente, del simple transcurso del tiempo. En base a ello, la indemnización debida por el asegurador cuando se produce un siniestro es la del valor real del objeto asegurado en ese momento, independientemente de que ese valor sea inferior al que, anteriormente y cuando el objeto era nuevo, sirvió de base para fijar la prima del contrato.
Véase también indemnización y prima de reposición.
Diccionario de seguros