¿Y quién cuida a las cuidadoras?
Un informe sectorial de Aiudo revela que el 34% trabajan sin estar dadas de alta en la Seguridad Social y el 53% lo han hecho en situación irregular en alguna ocasión.
Poner en valor y regularizar el papel y el sector de las empleadas del hogar resulta una tarea complicada, dadas las dificultades para luchar contra la economía sumergida y una pandemia que no ha ayudado a mejorar las condiciones de las cuidadoras.
Según el informe sectorial realizado a finales de 2020 por Aiudo; hasta un 34% de las empleadas del hogar en España trabajaban sin estar dadas de altas en la Seguridad Social. El citado informe revela además que el 53% ha trabajado en situación irregular en alguna ocasión, lo que confirma la gran presencia de la economía sumergida y falta de regulación en el sector.
De esta radiografía del sector también se ha extraído que el 46% de las empleadas del hogar ha estado cobrando un precio por hora inferior al establecido (7,43 €) debido a una mala interpretación del Real Decreto 1620/2011 que les hacía estar cobrando 6,91 € por hora (un 7 % menos de lo estipulado).
Cabe recordar que muchos cuidadores han perdido su empleo durante la pandemia, por lo que más del 30% de los empleados de hogar que trabajan sin estar dados de alta en la Seguridad Social puede ir en aumento durante todo el 2021. Esto supone que todavía unas 180.000 personas no tienen un contrato.
Los empleados del hogar no son autónomos
Aunque no se puede obligar a las familias a realizar un contrato indefinido, este genera una mayor estabilidad en los cuidadores de personas mayores, les proporciona una mayor seguridad, y esto ayuda a que estén más comprometidos y que puedan centrarse en cuidar al mayor.
Los empleados de hogar no son autónomos, por lo que no se pueden comparar con los freelance ya que cuentan con un contrato. Mediante una óptima supervisión se puede garantizar que las empleadas del hogar cuenten con todos sus derechos como: vacaciones, indemnización por despido, preaviso, baja por enfermedad, nómina, descansos, remuneración por horas extra. Toda esta seguridad no la proporcionan actualmente las plataformas que colaboran con autónomos.
Aunque muchas entidades han manifestado abiertamente la desaparición de la figura del empleado de hogar, se debe tener en cuenta que también hay personas mayores que no son dependientes y para el cuidado familiar y combatir la soledad, la figura regulada para ello es el empleado de hogar.
Lo cierto es que, aunque todavía hay mucho trabajo por hacer, es preciso seguir ejerciendo un rol activo para conseguir un entorno más justo para el cuidado de las personas mayores y que el Gobierno se adhiera al Convenio Internacional de la OIT 189, lo que equipararía los derechos de los empleados de hogar con el régimen general. Mientras tanto, ¿quién cuida a las cuidadoras?
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