El narrador de la Innovación Social en tiempos inciertos
“El narrador es la persona más poderosa del mundo. Quién cuenta la historia establece la visión, los valores y la agenda para las generaciones que están por venir” [Steve Jobs]
Los seres humanos siempre han utilizado la narración para dar sentido al mundo, especialmente en tiempos de caos e incertidumbre. Las historias nos dan un camino directo a la emoción, que es muy poderosa en los procesos de toma de decisiones. Cuando se trata de explorar temas sociales, las historias que se centran en la experiencia humana son especialmente exitosas para atraer y educar al público. El año pasado se ha caracterizado por la volatilidad y la ambigüedad, pero también ha sido un período en el que personas de todo el mundo se han sintonizado con las historias de los demás como nunca antes. Historias de esperanza, amor, pérdida, supervivencia y resiliencia. Cada uno ofrece una perspectiva y dimensión diferente de la vida pandémica, una oportunidad para que el oyente comprenda lo que se siente al ser otra persona.
Para los innovadores sociales, esta capacidad de generar empatía a través de historias es vital. Aumenta la comprensión y la concienciación de la audiencia sobre los problemas sociales que están abordando, además de inspirarles a emprender acciones significativas.
A continuación, cuatro formas de elaborar historias cautivadoras:
1. Piensa primero en tu audiencia
Los narradores más exitosos comienzan por identificar a sus públicos y saber qué buscan. Tienen en cuenta los objetivos, intereses, valores y contextos de su audiencia. ¿Es un cliente, un usuario final, un inversor o incluso un empleado? ¿Cuánto conocimiento previo del contenido tienen? Investigar a un público puede ayudar, explorando su sector, leyendo sobre su organización o antecedentes, incluso siguiendo sus blogs. En el clima actual, un narrador empático considera el impacto de la pandemia en su audiencia específica, a nivel individual u organizacional. A la hora de ofrecer un contenido hay otros factores que pueden influir en la forma en que la audiencia recibe la información, como el día de la semana, la hora, la tecnología utilizada, la temperatura de la sala, etc.
2. Estructurar el contenido estratégicamente
La narración debe ser siempre estratégica, hasta la estructura y el guion del contenido. Al dar forma a una narración, la comprensión de la audiencia ayuda a determinar la cadencia del discurso. Por ejemplo, un público de potenciales inversores necesitará un argumento que se eleve con una clara llamada a la acción al final, mientras que un equipo interno podría beneficiarse de un informe lineal. Sacar provecho de los arcos de la narración puede ayudar con este proceso.
Los narradores estratégicos planifican cuidadosamente la duración de las narraciones y diseñan los contenidos de manera que los mensajes más importantes se sitúen al principio y al final. Esto se debe al efecto de primacía/recencia, que es la forma en que nuestro cerebro procesa mejor la información. Es fundamental ser claro con los mensajes y cumplir la regla de un mensaje por diapositiva/ayuda visual. De hecho, en contextos de narración a distancia como el actual, las diapositivas minimalistas que se apoyan en la imagen sobre el texto son las más eficaces. Siempre se puede integrar información adicional en apéndices o resúmenes ejecutivos. La concisión y la claridad son importantes para las audiencias remotas.
3. Busca la emoción y la experiencia humana
Stephen King dijo: “Creo que las mejores historias acaban siendo sobre las personas y no sobre el acontecimiento”. Los protagonistas de las historias abren mundos complicados y permiten al público entrar en ellos. Por eso, al elaborar los contenidos, es imprescindible dar vida a los seres humanos que los protagonizan, comunicar sus emociones y presentarlos como personas reales, no como personajes. Hay que fomentar las conversaciones con esas personas, entrevistarlas y observarlas, escuchar sus historias, explorar sus objetivos y frustraciones. Tanto si la historia es sobre un empresario social, un usuario final o un beneficiario, el objetivo es entretejer emociones y autenticidad.
4. Desarrolla habilidades
Una historia poderosa puede fracasar al ser contada si el orador no es capaz de comunicarse eficazmente. Para captar y atraer al público es esencial comprender el papel de la comunicación verbal y no verbal. De hecho, más del 65% de la comunicación es no verbal, lo que hace que el lenguaje corporal y el tono de voz sean fundamentales para los narradores. Los innovadores sociales pueden trabajar en este aspecto de varias maneras: mediante la formación, la práctica, la visualización de vídeos de grandes oradores a los que admiren y la búsqueda de asesoramiento/retroalimentación durante el proceso.
“Todos estamos en la misma tormenta, pero no en el mismo barco” ha sido la frase del año y con razón. Los problemas sociales de la salud, la desigualdad, el cambio climático y el racismo sistémico, entre otros, se han colocado en el centro de atención, exponiendo la diversidad de la experiencia humana. Cuando los innovadores sociales abordan sus historias con empatía de esta manera, pueden transformarse en poderosos instrumentos del cambio.