Lean Data: monitoreo para la toma de decisiones
Uno de los mantras más escuchados en la innovación social es “prueba rápido, falla rápido y adapta rápido”. Como innovadora social, aún me cuesta un poco soltar la idea cuando pienso que quedan tantas cuestiones por definir, por analizar, por aterrizar….
Probablemente el sector de la innovación social es uno donde más programas de acompañamiento encontrarás, donde mejores comunicadores y tutores que, con micrófono en mano o pinganillo en la oreja, te dicen cómo has de lanzar, pilotar y escalar tu idea de negocio. Es tan potente su poder de comunicación que no hay quien pueda poner en duda sus recomendaciones, pero, más allá de un canvas por aquí, un análisis de la competencia por allá y una vaga exposición de posibles líneas de financiación, son pocas las herramientas prácticas que terminan en nuestra mesa provocándonos la tan ansiada sensación de tranquilidad, la sensación de sí, por aquí vamos bien, por aquí llegamos a algo.
Tan pocas son, que continuamos sintiéndonos ante el abismo cuando nos plateamos poner en marcha nuestra idea de negocio a la mayor rapidez posible y adaptar según fallamos, ¿por qué? Sencillamente porque el único indicador con el que solemos contar para saber si “fallamos” es que nuestro producto o servicio no llegue a venderse y esto afecta directamente donde más duele, a nuestro escaso poder de financiación. Acumen.org, a través de su curso “Lean Data Approaches to Measure Social Impact”, resuelve este dilema. Es un curso obligatorio para toda persona u organización dedicada a la innovación social. Desde luego, en SIC4Change supuso un antes y un después.
El Lean Data parte de tres principios básicos:
- Obtener información de calidad que oriente la toma de decisiones.
- Que esta información esté centrada en los usuarios, es decir, las personas cuya vida quiero mejorar a través de mi producto y
- Que sea un levantamiento de información rápido y barato.
Para lograr los tres principios anteriores, utiliza dos vectores: el primero, la tecnología. Según el séptimo estudio “Mobile Life” realizado por TNS, más de 6.000 millones de personas en todo el mundo disponen en la actualidad de un teléfono móvil, (aproximadamente el 92% de la población mundial), este hecho, sin ninguna duda, convierte al teléfono en una de las vías de levantamiento de información y comunicación en cualquier rincón del mundo, más rápida y barata, ya sea a través de llamada, SMS, IVR o WhatsApp según el nivel de cobertura de cada comunidad o el nivel de alfabetismo de su población.
El segundo vector es entender en qué fase de desarrollo está tu producto o servicio y, en función de esto, determinar cuáles son las 4-5 preguntas clave que debes hacerte. De este modo nos preguntaremos si nuestro producto responde realmente a las necesidades de la población y se comprende, si no es así qué adaptaciones necesita o bien quizá estemos ya en fase de preguntarnos qué cambios ha generado en la vida de las personas. Estas diferentes fases nos llevarán a diseñar diferentes tipos de cuestionarios que trasladaremos a los destinarios a través de alguno de los canales de comunicación arriba mencionados, obteniendo la información que necesitamos para adaptar nuestro servicio a las necesidades del usuario de forma rápida y barata, sin poner en riesgo nuestra inversión ni tener impactos negativos sobre la población.
Con el enfoque de Lean Data en mente, podemos poner de ejemplo las plataformas de micro-learning que habitualmente nacen desde la premisa de que el conocimiento trasforma la vida de las personas. Con el enfoque de Lean Data en la estrategia, estas plataformas pueden ir adaptando sus contenidos y vías de comunicación a las necesidades, aspiraciones y costumbres de las personas destinatarias de forma rápida y barata, aumentando sucesivamente su impacto y escalando a un mayor número de comunidades.
Y esta es la clave del Lean Data, dejar de considerar a las comunidades como sujetos pasivos de un “sistema de monitoreo” dirigido a responder ante donantes o a las propias premisas e indicadores organizacionales y dejar paso a que sean copartícipes de un proceso de diseño para adaptar un servicio o producto a sus necesidades diarias.
Sin duda creo que es un enfoque de trabajo transformador y casi obligatorio para cualquier persona u organización dedicada a la innovación social.
Si quieres saber más: https://acumenacademy.org/ y https://www.sic4change.org/
Blanca Pérez Lozano es fundadora y co-directora de la empresa SIC4Change, un clúster de innovación social cuyas principales líneas de actuación son: las tecnologías para resolver problemas persistentes tales como la desnutrición infantil; la creación de plataformas colaborativas para impulsar en alianza las soluciones tecnológicas; y realizar asesorías dentro de otras entidades en cuanto a evaluación de proyectos, programas y estrategias de desarrollo, innovación social, estrategias de contribución ODS, desarrollo económico y productivo. A lo largo de mi experiencia profesional en varias organizaciones y como consultora y evaluadora externa, me he ido especializado en metodologías específicas para favorecer la innovación social y sus aprendizajes (Design Thinking, Evaluaciones evolutivas o Developmental Evaluation, Human Design Thinking, etc.)