Innovar en el sector asegurador para permanecer
El Feedback con el cliente o el Business Intelligence como elementos imprescindibles del sector asegurador
Cada año se crean en el mundo miles de empresas que pueden clasificarse en dos tipos: las que nacen sólo para crecer y las que tienen vocación de quedarse. Las aseguradoras, o la industria del seguro como suele autodenominarse en el mundo anglosajón, se caracterizan por ser del segundo grupo, básicamente porque necesitan tiempo para generar confianza y garantizar su compromiso para cubrir pérdidas que no se sabe si van a producirse o cuando.
Por ello, en seguros, donde la permanencia en el tiempo y la confianza son piezas fundamentales del negocio, es completamente normal que las entidades sean cuanto menos prudentes ante las transformaciones tecnológicas, y por lo tanto que incorporen las innovaciones muy paulatinamente y sólo si van a suponer un refuerzo a su preciada reputación. Pero, entonces ¿cómo se explica que según Innovator’s Edge existan más de 70.000 perfiles identificados de empresas relacionadas con Insurtech a finales de 2017, con 428 tipologías diferentes y presentes en nada menos que 178 países? La explicación es la vertiginosa velocidad de los cambios tecnológicos que se están produciendo actualmente, unida a la mayoría de edad de los milenials que ya son una nueva generación de clientes con hábitos de consumo muy distintos a sus predecesores. Los milenials están ávidos de conectividad, y son voraces defensores de la inmediatez; los milenials no piden, sino que exigen canales digitales que den respuesta a sus consultas, que estén a su disposición desde cualquier punto del planeta y a cualquier hora del día. Desean productos económicos y versátiles que cubran sus expectativas y además, los milenials contagian su dinamismo a otras generaciones, que quieren parecerse ellos, no dejar de ser jóvenes imitándoles en todo. Los milenials son creadores de tendencias y reivindican la innovación social.
Para dar respuesta a esta demanda, y especialmente para el aseguramiento de productos estándar, han surgido muchas plataformas que facilitan la contratación y la interacción de forma prácticamente inmediata. ¿Es innovación en seguros? Desde luego sí es innovación, pero quizás no tanto en seguros, como en su comercialización o en el canal de comunicación. Los principios siguen siendo los mismos de siempre, básicamente la ley de los grandes números aplicada al beneficio del colectivo. Sólo que ahora ya no hay papel. Las luces y taquígrafos se han sustituido por la firma digital y la trazabilidad de la información. En general, todo indica que la innovación se está centrando en infinidad de gadgets que lógicamente también están llegando al universo asegurador y van a hacerlo más en el futuro, porque además ofrecen posibilidades infinitas para la recogida de datos y el feedback con el cliente, contribuyen a la prevención de sus riesgos y permiten nuevas formas de prestación de servicios que mejoran su seguridad integral.
La innovación en el mercado asegurador puede ser vista, muy en general, como toda aquella transformación que hace la experiencia de vida más segura y más estable. Además es también la que hace más cómoda y directa la comunicación con la entidad. Sin embargo, la verdadera innovación en seguros esencialmente no sólo cubre estas facetas, la innovación en seguros es algo más, porque permite traspasar los límites de los seguros que había en el mercado hasta hace bien poco, avanzándose al futuro y protegiendo más y mejor todo lo que hoy valoramos y ayer no podíamos cubrir con un seguro. La innovación aseguradora es una empresa que nace para avanzarse a una necesidad y ha llegado para permanecer.
Sobre la autora:
Montserrat Guillen Estany es catedrática de la Universidad de Barcelona y miembro del Patronato de la Fundación MAPFRE. Dirige el instituto de investigación Riskcenter-IREA de la UB y es académica de número de la Real Academia de Ciencias Económicas y Financieras. Su especialidad es la estadística aplicada a los seguros y la cuantificación de riesgos. En el ámbito de las ciencias actuariales, es la primera mujer del mundo respecto al número de citas a artículos científicos según Google Scholar.