¿Son excluyentes las actuaciones para afrontar la alarma sanitaria de las necesarias para demorar la emergencia climática?

Curiosamente si añadimos a estas dos dimensiones la crisis económica que se va a producir como resultado de la alarma sanitaria, y situamos las tres dimensiones en el mismo nivel de prioridad, cabe la posibilidad de que, enfrentándose desde una perspectiva innovadora, las actividades para solucionar una dimensión mejoren la situación en otra, sin que se tengan que ser excluyentes.

Dos ejemplos sencillos:

• La digitalización, además del confinamiento, pone en peligro múltiples puestos de trabajo, ¿qué actividades pueden ser generadoras de oportunidades laborales? Las medidas para aumentar los servicios de salud y cuidado, junto con las actividades para adaptar nuestras ciudades ante la emergencia climática, mediante cambios en el aislamiento de edificios, servicios de movilidad diferentes y aprovisionamiento de alimentos, entre otros, mejorarán el tema sanitario, crearán puestos de trabajo y a la vez disminuirán la contaminación atmosférica.
• Muchas revisiones de salud de los ciudadanos se están postponiendo por el riesgo de acudir a un hospital; la solución de la telemedicina, que hasta ahora se enfrentaba a la resistencia de los pacientes a utilizarla, además de mantener y mejorar el tema sanitario, redistribuirá la utilización de especialistas para más pacientes y disminuirá los traslados y por tanto la emisión de CO₂.

En conclusión, es posible, y deseable, que estén las tres dimensiones a la vez en el primer puesto de la lista, y que las actividades para resolver una dimensión retroalimenten la solución de otra.

La dificultad de esta situación ideal radica en que se debe plantear desde el espacio de la innovación, y esto no es fácil, ni es un proceso que se dé naturalmente.