Impacto e innovación social
¿Sabemos cuál es la manera correcta de medir el impacto de una inversión o proyecto?
La organización Global Impact Investing Network está tratando de establecer unos estándares para su medición en muchos contextos y, en este sentido, ha realizado una encuesta en la que preguntaba a los inversores cómo entendían y medían el impacto del proyecto o de la empresa a invertir.
La mayoría (91%) mide el impacto en función del output de la empresa; es decir, el impacto de su producción que puede ser medioambiental o social. Por ejemplo, el efecto negativo de la contaminación que resulta de las actividades de producción o el efecto social positivo de la contratación de unas personas en riesgo de exclusión.
Un 77% también medía el impacto en función de los resultados (o consecuencias) de sus actividades; es decir, de los cambios en el entorno social y medioambiental que se producían como consecuencia de su producto. Por ejemplo, valorar si el alimento producido – aunque cumpla las exigencias sanitarias – tiene un efecto negativo en el nivel de obesidad de los niños. Esta segunda medición es más compleja, pero desde la perspectiva de la opinión pública, está siendo cada vez más exigida a las empresas y los reguladores la están teniendo en cuenta en sus controles.
El fundamento de la innovación social parte de la búsqueda de una solución innovadora para una necesidad social, que, en general, suele tener un efecto de “externalidades positivas” en el entorno social. Por ello, parece que la manera más adecuada para medir su impacto deba ser primordialmente en función de sus resultados, que aunque es más complejo informa mejor sobre su razón de ser.
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