El Infierno según Rodin
11.OCT.2017 ──────── 28.ENE.2018
Le Penseur, sur élément de chapiteau, 1881-1888 (detalle)
Musée Rodin, París. S.03469
© agence photographique du musee Rodin – Pauline Hisbacq
Explorar la creación de un icono del arte de fin de siglo, La puerta del Infierno de Auguste Rodin es nuestra propuesta en Barcelona del 11 de octubre del presente año al 28 de enero de 2018. Esta exposición reúne un centenar de esculturas y unos treinta dibujos, que raramente han sido expuestos, así como varias maquetas y modelos que permiten seguir el proceso creativo del escultor y la evolución que fue sufriendo la Puerta a lo largo de los años. Considerada como la obra central de la carrera del escultor francés, que trabajó durante más de veinte años en ella, esta obra monumental ofrece una visión espectacular del infierno, febril y tormentosa, pero también sensual y evocadora.
La exposición El Infierno según Rodin es una producción de Fundación MAPFRE y el musée Rodin de París y cuenta con los préstamos excepcionales de este museo.
En 1880, Auguste Rodin, un artista aún casi desconocido, recibe el encargo que cambiaría su vida: una puerta monumental decorada con bajorrelieves que representaran la Divina comedia de Dante. La obra debía servir de entrada para un museo de artes decorativas que el Estado francés quería crear. Aunque se trataba de un encargo relativamente modesto, Rodin puso en él todas sus energías y su impulso creativo y durante los siguientes años trabajó tanto en la dimensión arquitectónica de la puerta como en los cientos de figuras y grupos que habitarían en ella, creando formas nuevas para expresar con detalle las pasiones humanas.
Rodin se inspiró inicialmente en el Infierno de Dante, pero de una forma muy personal, sin pretender ilustrar de forma literal el texto. A medida que fue avanzando en la concepción de la Puerta, comenzó a impregnarla del espíritu sensual y atormentado de los poemas recogidos en Las flores del mal de Charles Baudelaire. Así, el infierno como un lugar de castigo basado en la visión moral de Dante se ve transformado en un estado del alma, un tormento íntimo. Los sentimientos dolorosos se matizan con expresiones más ambiguas y la sensualidad y la seducción irrumpen en pleno Infierno. Nacía así una versión del Hades profundamente original y radicalmente moderna.
La exposición El Infierno según Rodin, organizada con motivo del centenario de la muerte del artista, recorre la historia de esta obra icónica, que el artista nunca dio por terminada y que fue expuesta una única vez. Las esculturas, maquetas y dibujos reunidas permiten descubrir el proceso creativo de Rodin, así como el conjunto de su carrera, pues en la Puerta se condensan sus indagaciones estilísticas y de ella surgieron algunas de sus esculturas más conocidas, como El pensador, El beso o Ugolino, consideradas auténticos hitos de la Historia del Arte.
Formas vivas: Rodin, fascinado por el cuerpo, ya sea dolorido, violento o erótico, dibuja, modela y retoca cientos de grupos y figuras para su puerta. No todas fueron finalmente integradas en la misma, pero, lejos de desentenderse de ellas, el escultor les dio una nueva vida, ampliándolas, formando con ellas nuevos grupos y dándoles un protagonismo absoluto. Muchas de ellas se convirtieron así en algunas de las obras más icónicas del escultor.
El pensador: Coronando desde un principio La puerta del Infierno, El pensador probablemente representaba a Minos, el juez que destina a los condenados a uno de los círculos infernales según sus pecados. Pero Rodin no tardó en cambiar su significado, convirtiéndolo en una imagen de Dante, el poeta, meditando sobre su obra y, por extensión, en un autorretrato alegórico. Agrandado en 1903, se convirtió en la obra más emblemática del escultor, terminando su metamorfosis como representación universal de un hombre que concentra todo su cuerpo en el acto de pensar.
El beso: En uno de los pasajes más famosos de la Divina comedia, Dante escucha emocionado el relato que le hace Francesca da Rimini de su amor prohibido por Paolo Malatesta. Rodin huye de lo pintoresco, y crear una imagen ideal de una pareja que intercambia el primer beso de amor. Rodin renunció a incluir este grupo en su Puerta del Infierno, seguramente porque era demasiado grande y demasiado idílica, pero no pasó desapercibida para el Estado francés, que le encargó un gran mármol de esta composición en 1888.
Bisagra entre dos siglos: Aunque el infierno como tormento íntimo que Rodin reflejó en su Puerta se enmarca en el ambiente simbolista del fin de siglo, la obra de Rodin marcó también el inicio de la modernidad en escultura con conceptos como el valor de lo inacabado, la multiplicación o la fragmentación. La puerta del Infierno fue para Rodin un auténtico laboratorio de creación, convirtiéndose así en una de las obras escultóricas más emblemáticas del siglo XIX.
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