Alteraciones del equilibrio y conducción
Muchas personas sufren de vértigo o trastorno del equilibrio que pueden suponer un grave riesgo para la conducción. Cuándo se sufre vértigo los síntomas que aparecen son de sensación de movimiento del entorno, sobre todo de carácter rotatorio, ocasionado por un trastorno laberíntico.
Los trastornos del equilibrio y en especial el vértigo, pueden afectar a la capacidad de prestar atención, provocar déficits perceptivos y del proceso cognitivo, alterando los tiempos de reacción y la respuesta psicomotora.
Se pondrá una atención especial en casos de procesos crónicos o prolongados de origen central (vascular, esclerosis múltiple, psicógeno), o de origen vestibular (enfermedad de Méniêre, laberintitis, neurinitis vestibular, etc).
El médico debe de considerar incapacitante cualquier proceso que origine vértigo, alteración del equilibrio o inestabilidad. Y distinguir las siguientes situaciones:
- Crisis vestibular unilateral aguda (laberintitis, neurinitis): En cuyo caso el paciente debe dejar de conducir hasta que se resuelvan los síntomas agudos.
- Crisis unilateral vestibular recurrente (enfermedad de Méniêre): Ante el menor síntoma el paciente debe dejar de conducir hasta que el tratamiento solucione la crisis y el conductor esté libre de síntomas. En caso de aparecer síntomas de alarma (crisis otolíticas de Tumarkin o drops attaks) prohibir la conducción y prescribir un periodo de protección de aproximadamente seis meses.
- Trastorno vestibular bilateral crónico: Especial cuidado ya que estos pacientes no presentan crisis de vértigo. En caso de trastorno funcional completo vestibular, el riesgo se presenta durante la conducción nocturna y en carreteras de firme irregular.
- Crisis paroxísticas benignas: En estos casos no suele haber vértigo en posición derecha, por lo que no suele afectar a la capacidad de conducción.
Bibliografía: