Enfermedades crónicas degenerativas en el adulto mayor y conducción

Enfermedades Crónicas Degenerativas y sus riesgos para la conducción

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España sigue su proceso de envejecimiento. El 1 de enero de 2012 había 8.221.047 personas mayores, el 17,4% sobre el total de la población (47.212.990), según el Instituto Nacional De Estadística (INE); al mismo tiempo, sigue creciendo en mayor medida la proporción de octogenarios, que ahora representan el 5,3% de toda la población. Es imprescindible que las personas mayores conozcan las enfermedades crónicas degenerativas que pueden sufrir, para prevenirlas, y que comprendan que conducir a determinada edad puede suponer un riesgo.

  • Obesidad: es la acumulación excesiva de grasa que representa un riesgo para la salud. La obesidad es ocasionada por factores genéticos, ambientales y conductuales. Para que el tratamiento sea exitoso, además de un plan de alimentación diseñado por un nutriólogo, es necesario contar con un plan de ejercicio físico y asesoría médica.
  • Diabetes: es una enfermedad que se caracteriza por la alteración en los niveles de azúcar (glucosa) en la sangre. Ésta alteración puede deberse a que el organismo no produce insulina o a que no la utiliza adecuadamente. El médico es quien puede diagnosticar la diabetes, por lo que se recomienda visitarlo si presentas alguno de estos síntomas, o tienes antecedentes de diabetes en tu familia. Recuerda que lo mejor es prevenir y cuidar siempre tu salud.
  • Colesterol Alto: El colesterol es un componente importante de las células de nuestro organismo, y es necesario para el buen funcionamiento del cuerpo; por ejemplo, interviene en la formación de algunas vitaminas y hormonas. En ocasiones, el colesterol en la sangre se incrementa y puede provocar problemas en la salud del corazón; por ello, es muy importante que si presentas niveles altos de colesterol en la sangre, tengas los cuidados necesarios para normalizarlos.
    Algunas causas del aumento de los niveles de colesterol en la sangre son: obesidad, alimentación alta en grasa y baja en fibra, poca o ninguna actividad física o herencia familiar. Te recomendamos consultar a tu médico para que te haga una revisión general de salud, que incluya la medición de tus niveles de colesterol y triglicéridos en la sangre, al menos una vez al año.
  • Presión Alta: La presión alta se define como una presión sistólica en reposo superior o igual a 140 mmHg (milímetros de mercurio), una presión diastólica en reposo superior o igual a 90 mmHg, o la combinación de ambas. La presión sistólica es la presión creada cuando el corazón late; se considera alta si constantemente está por encima de 140 mmHg. La presión diastólica es la presión dentro de los vasos sanguíneos cuando el corazón está en reposo; se considera alta si constantemente está por encima de 90 mmHg. Se recomienda que las personas con presión arterial alta lleven un control estricto y asesoría constante de su médico y/o nutriólogo.
  • Síndrome metabólico: es el nombre que le han dado los especialistas al conjunto de padecimientos o factores de riesgo para desarrollar diabetes o enfermedades del corazón. Estos factores de riesgo son:
    • Circunferencia de cintura mayor a 102 cm en hombres y 88 cm en mujeres.
    • Alteración de los niveles de azúcar en la sangre.
    • Niveles elevados de triglicéridos en la sangre (>150 mg/dl).
    • Niveles bajos de colesterol HDL (en hombres <40 mg/dl y en mujeres <50 mg/dl).
    • Presión arterial alta (mayor o igual a 130/85 mmHg).

    El médico es quien puede diagnosticar el Síndrome metabólico; te recomendamos visitarlo si presentas alguno de estos signos o si en tu familia hay antecedentes de diabetes, presión alta, colesterol alto o cintura mayor a 102 cm en hombres y 88 cm en mujeres.

  • Problemas de visión: los conductores con problemas de visión pueden presentar problemas para reconocer las señales de tráfico, el lateral de la carretera o incluso el ver a otros vehículos y peatones que cruzan en su camino.
  • Muchos medicamentos tienen efectos secundarios adversos, tales como somnolencia, mareos, visión borrosa, falta de equilibrio, sensación de desmayo o un tiempo de reacción lento. Los medicamentos relacionados con los tratamientos de la enfermedad de Alzheimer también provocan efectos secundarios.

Los consejos para los conductores ancianos son:

  • Conducir siempre por calles conocidas.
  • Limitar los viajes cerca del hogar o a lugares de fácil acceso.
  • Utilizar siempre caminos sin riesgos, rampas, giros a la izquierda.
  • Nunca conducir de noche ni con clima desfavorable.

Hay que hablar con la persona mayor sin lastimar su autoestima, dado que dejar de conducir es una pérdida de la independencia del individuo. Se deben hacer preguntas como: “yo estoy preocupado por tu seguridad cuando conduces”, “me preocupé bastante cuando no viste los vehículos por tu izquierda”, etc.

Recuerde que el no poder conducir no debe de limitar la posibilidad de llevar una vida activa.

 

Bibliografía:

  • Enfermedades crónicas degenerativas y el envejecimiento