El ángulo muerto: Tenlo en cuenta
CASO
Suelo circular con mi scooter de 400 cc por la ciudad y, por motivos de trabajo, suelo tomar carreteras de circunvalación y tramos de autovías. En definitiva, hago muchos cambios de vía y carril, incluso a veces con demasiadas prisas que me exige la puntualidad de mi trabajo.
En una ocasión, me estaba incorporando a una de estas circunvalaciones desde otra vía. El acceso era en una curva un tanto pronunciada, por lo que no tenía una gran visibilidad de los vehículos hasta que no estaba plenamente en paralelo a la carretera. En cuanto llegué a este carril de aceleración e incorporación, miré debidamente por mi retrovisor izquierdo para ver si había algún vehículo, señalicé correctamente con el intermitente mi intención y empecé a realizar la maniobra de incorporación.
Sin embargo, al entrar al carril, impacté con un coche que ya estaba en este carril. No lo había visto y, como resultado del choque, me caí al suelo haciéndome bastante daño en una rodilla y otros considerables desperfectos en mi scooter. Lo admito, fue culpa mía.
Segunda oportunidad:
Tanto en el coche como en la moto y en otro tipo de vehículos, es muy importante que el conductor se cerciore de lo que ocurre a su alrededor, sobre todo cuando se van a realizar cambios de dirección.
Uno de los elementos clave que nos ayudan a tener este control, son los retrovisores. Su utilización es esencial para no tener sustos como el de nuestro protagonista de esta “Segunda Oportunidad”.
Efectivamente, al llegar al carril de aceleración, el usuario del scooter miró por el retrovisor para comprobar si venía algún vehículo por el carril al que se iba a incorporar. Sin embargo, no lo haría del todo bien cuando al incorporarse, se topó con un coche. Y es que este coche, ya se había metido en el llamado ‘ángulo muerto’, un espacio que queda oculto a la vista del conductor tanto en visión directa como por el retrovisor.
Para evitarlo, el conductor del scooter debería haberse asegurado mejor mirando por el retrovisor con mayor ángulo, incluso moviendo la cabeza para buscar ese ángulo muerto que se esconde más allá. Se puede admitir también que gires la cabeza y con un vistazo rápido puedas ver si en paralelo tienes algún otro vehículo antes de realizar la maniobra.
Por lo que dice nuestro protagonista, a veces circula con demasiadas prisas, nunca buenas compañeras de viaje en carretera. Esto se refleja en detalles como no asegurarte bien de haber comprobado que en el ángulo muerto no hay ningún otro vehículo.