Activa tu corazón
El ejercicio físico es una de las mejores formas de mantener a raya los factores de riesgo cardiovascular
¿Sabías que el sedentarismo es el primer factor de riesgo de enfermedad cardiovascular en mujeres mayores de 30 años? ¿Y sabías que sólo con 30 minutos de actividad física diaria ya estarías previniendo la aparición de patologías del corazón? Así las cosas, la conclusión es sencilla: toca ponerse las pilas y moverse. A continuación te contamos por qué y cómo hacerlo en función de tus posibilidades y objetivos.
¿Por qué es bueno hacer ejercicio?
- Ayuda a reducir el nivel de estrés, ansiedad e, incluso, depresión.
- Fortalece el corazón y previene las posibilidades de aparición de un infarto cardíaco o de una angina de pecho.
- Combinado con una dieta saludable, el deporte ayuda a bajar de peso.
- Reduce la presión arterial.
- Disminuye los niveles del colesterol LDL (el ‘malo’), que es el que puede obstruir las arterias, y aumenta el colesterol HDL (el ‘bueno’).
- De forma colateral, hacer ejercicio evitará que caigas en comportamientos menos saludables, como fumar, beber alcohol, o llevar una alimentación desequilibrada.
Tipos de ejercicio
- Aeróbico: Es aquel que implica el trabajo de varios grupos musculares con el consiguiente aumento de la frecuencia cardíaca. Este tipo de ejercicio, como correr, andar, o montar en bicicleta, mejora el rendimiento cardiorrespiratorio, y disminuye el porcentaje de grasa corporal.
- Fuerza: Son aquellos ejercicios cuyo objetivo es mejorar el funcionamiento del músculo. Intenta desarrollar tanto tu fuerza, como tu resistencia (capacidad de hacer fuerza durante más tiempo). Trabajando estos parámetros ganarás eficiencia ante cualquier esfuerzo físico, y obtendrás, por tanto, un beneficio directo para tu salud cardiovascular.
¿Qué deportes puedo practicar?
Correr, nadar, yoga, aeróbic, zumba, body combat, body pump,… Tienes mil opciones. ¡Actívate!
Si no puedes practicar deporte…
Simplemente incluye la actividad física en pequeñas acciones cotidianas como:
- Subir las escaleras, en vez de usar el ascensor o las escaleras mecánicas.
- Ir o volver del trabajo andando, en lugar de ir siempre en transporte público o privado.
- Salir a caminar una hora, si puedes, dos o tres veces por semana.
Ángel Merchán, entrenador y experto en actividad física orientada a la mujer.