¿Sabes cómo evitar lesiones en el gimnasio?
Te ofrecemos 10 tips para que no te hagas daño haciendo ejercicio
El ejercicio es saludable hasta que atenta contra la salud. Y es que lesionarse, cuando se carece de los conocimientos o la técnica adecuada, es peligrosamente fácil. Por eso, y para que un mal día no ponga en riesgo tu entrenamiento, te proponemos diez formas de evitar que salgas del gimnasio con una lesión. ¡Toma nota!
No te saltes el calentamiento
Aunque, en principio, pueda parecer una pérdida de tiempo, tomarse unos minutos para entrar en calor antes de hacer los ejercicios es una forma de preparar al cuerpo para los esfuerzos que se van a realizar. De esta manera evitarás que, en frío, la carga de trabajo acabe repercutiendo negativamente en los músculos y las articulaciones.
Bebe suficiente agua
La deshidratación es una de las causas más comunes, junto a la fatiga, de los incómodos calambres musculares. Por eso, es imprescindible beber agua antes, durante y después del entrenamiento.
No te excedas con el peso
No sirve de nada levantar cargas muy altas si, al final, el ejercicio no se realiza correctamente. De hecho, es muy común sacrificar la técnica por el peso, dando lugar a numerosas lesiones. Recuerda que el objetivo es que el músculo haga el movimiento planeado.
No entrenes más, entrena mejor
Puedes pensar que por pasar más horas entrenando conseguiremos resultados más rápido, pero no es así. Al contrario, forzando al cuerpo a soportar más trabajo del que debería, se acaba ‘sobreentrenando’, es decir, con un estado de fatiga durante el cual disminuye el rendimiento y aumenta el dolor muscular y el riesgo de lesión.
Controla la técnica
Si tienes la suerte de contar con un espejo, utilízalo para corregirte mientras haces los ejercicios. De esta manera te asegurarás de que los haces correctamente. Si no, dedica unos minutos del día a comprobar la técnica en un libro o página especializada antes de ir al gimnasio.
Termina los movimientos
No dejar que los músculos hagan el movimiento completo durante el ejercicio puede dar lugar a acortamientos musculares y descompensaciones. De hecho, es común no bajar del todo el pecho durante una flexión, o no bajar la cadera al realizar un burpee.
Estira bien al final de la sesión
El estiramiento es el gran olvidado de los deportistas y, sin embargo, puede ser determinante para evitar una lesión. Es la mejor manera de mantener y cuidar la elasticidad y flexibilidad de los músculos, necesario para seguir realizando ejercicio.
No esperes a que duela
Por simple cabezonería, o por no darle la suficiente importancia, a veces no dejamos de hacer un ejercicio aunque estemos sintiendo molestias al realizarlo. Grave error. Si no encuentras rápido la causa de ese dolor, probablemente, a largo (o no tan largo) plazo se acabe convirtiendo en una lesión. Por eso, es mejor acudir al médico al notar las primeras sensaciones.
La velocidad es traicionera
Hacer los ejercicios muy rápido acaba provocando que, inevitablemente, la técnica se pierda. Hay que tenerla muy interiorizada para evitar que esto ocurra, y no suele ser habitual. Por eso, es preferible que dediques el tiempo adecuado a cada movimiento antes de que, por ir demasiado deprisa, acabes lesionándote.
Consulta a un profesional
Y la forma más sencilla de que el entrenamiento sea eficaz y libre de riesgos es pedir ayuda a un entrenador cualificado. No solo porque te enseñará a ejecutar una técnica limpia, sino también porque planificará los entrenamientos en función de tus capacidades y necesidades.