¿Es recomendable que los niños tomen refrescos en las comidas?
La respuesta es clara: no. Ni los niños ni los adultos deben tomar refrescos en las comidas.
Aunque en los últimos veinte años se haya hecho cada vez más frecuente el consumo de refrescos, no hay que olvidar que estas bebidas se caracterizan por su bajo valor nutritivo, debido principalmente a su aporte de azúcares. Se trata de “calorías vacías”, pues solo aportan energía, y su consumo habitual se ha relacionado con la obesidad. El aumento de consumo de bebidas carbonatadas, junto a la eclosión de la comida rápida o fast food y el sedentarismo cada vez más frecuente en los niños (elevado número de horas destinadas a videoconsolas, internet y televisión) son tres aspectos básicos que explican en el aumento de las cifras de obesidad infantil que se están registrando a escala mundial.
El consejo general es acompañar las comidas con agua, y si se toma alguna bebida azucarada o edulcorada, no debería ser de manera habitual.