¿Cómo puedo prevenir una intoxicación por alimentos en mal estado?
Las bacterias causantes de intoxicaciones alimentarias pueden reproducirse en muchos lugares y ambientes. Para prevenir infecciones no basta con mantener la cocina limpia, también hay que vigilar qué tipo de productos se compran y en qué estado se encuentran. Los productos más susceptibles de contener bacterias perjudiciales son la carne, el pescado y marisco crudo, los productos lácteos y los huevos.
Estos alimentos son muy perecederos, por lo que si se compran envasados deberá revisarse la fecha de caducidad. En los no envasados debemos guiarnos por su aspecto, textura, apariencia, color, olor, etc., seleccionando aquellos de mejores características sensoriales. Sin embargo, un alimento con buen aspecto, ya sea crudo o cocinado, no garantiza la ausencia de bacterias que produzcan enfermedades.
En las conservas, es importante revisar las fechas de consumo preferente y no adquirir latas hinchadas, envases agrietados o frascos con la tapa suelta (siempre hay que comprobar que cuando se abra un frasco se oiga un “pop”, como señal de que el envase ha sido conservado al vacío).
Una vez en casa, los alimentos que así lo requieran deberán ser guardados inmediatamente en el frigorífico o en el congelador. También hay que congelar aquellos que, siendo muy perecederos, como los pescados y mariscos, no se vayan a consumir en unos días. Dentro de la nevera, se evitará que alimentos crudos como pescados y carnes entren en contacto con otros para impedir posibles contaminaciones.
A la hora de cocinar, es importante lavarse las manos y todos los utensilios que se van a utilizar. Las carnes y pescados crudos o poco hechos contienen bacterias, por lo que deben estar bien cocinados. Y en el caso de que sobre comida, ésta tendrá que guardarse en el frigorífico una vez se haya enfriado -nunca en caliente-; por ejemplo, dentro de fiambreras herméticas. Para volver a consumirla, se deberá calentar de manera correcta sólo la parte que se vaya a comer y se dejará el resto en la nevera. De igual modo, siempre que se vaya a descongelar un alimento, se hará dentro de la nevera o en el microondas. Es preferible no dejar que se descongele en el exterior para evitar la proliferación bacteriana. Por supuesto, se deben tirar todos los productos dudosos que presenten un color poco habitual o un olor raro. Ante la duda, es mejor no consumirlos, aunque ello comporte una pérdida de dinero.
Los principales síntomas que aparecen en una intoxicación alimentaria son: malestar estomacal, náuseas, vómitos, cólicos abdominales, diarrea, fiebre y deshidratación. Si, aun adoptando todas las precauciones, aparecieran estos síntomas, se debe acudir a urgencias con el producto que se sospeche que ha sido la fuente de la intoxicación.