Estas son las normas de tráfico que nadie te explicó: incorporación a vías de alta capacidad
Hay varios escenarios viales en los que algunos conductores experimentados pueden sentirse inseguros. Uno de ellos lo forman las incorporaciones a vías de alta capacidad. Hay un déficit en la educación vial de los conductores sénior, porque cuando aprendieron a circular por lo general el tráfico no era tan denso como es ahora, había además menos vías de alta velocidad y capacidad y, en consecuencia, menos incorporaciones.
Para evitar problemas derivados del uso de los carriles de incorporación, hoy vamos a repasar cómo se debe realizar una incorporación de forma segura con la ayuda del carril de aceleración.
Cómo incorporarse a una vía con tráfico
Ante todo, debemos entender el carril de aceleración como nuestro más preciado recurso, y por eso no podemos malgastar su longitud. Pensemos en el carril de incorporación como si se tratase de la pista de despegue de un aeropuerto. Sirve para coger velocidad y entrar en la vía principal cuando ya circulamos al mismo ritmo que los demás.
En la imagen siguiente, nuestro coche es de color rojo y el carril de aceleración está resaltado en verde claro.
Desde el primer momento debemos planificar cómo nos incorporaremos a la vía principal. En este ejemplo, los coches de color verde no representan ningún papel en nuestra incorporación. Sólo el coche de color azul es un elemento que debemos considerar.
Aquí, la pregunta fundamental será si pasaremos por delante o por detrás del coche azul. Debemos tener en cuenta que nosotros vamos acelerando, pero el coche azul ya circula a una velocidad elevada. Por lo tanto, lo más probable es que cuando nosotros hayamos adquirido velocidad el coche azul ya nos haya sobrepasado, tal y como vemos a continuación:
Aquí, vemos que aparece un coche amarillo en la vía principal. Podríamos pensar que representa un riesgo para nosotros y podríamos caer en el error de frenar. ¿Por qué eso sería un error? Porque habríamos malgastado el carril de aceleración y, lo peor, nos quedaríamos sin espacio para ganar velocidad de nuevo antes de incorporarnos.
Si hemos adquirido velocidad mientras el coche azul nos sobrepasaba, lo más probable es que ya podamos incorporarnos con seguridad a la vía principal. En cualquier caso, debemos evitar a toda costa quedarnos detenidos o a una velocidad muy reducida en una situación como la que vemos a continuación:
Aquí el peligro que corremos es elevado, ya que nuestra velocidad y la velocidad del tráfico son muy dispares. Si intentamos incorporarnos en esta situación, no disponemos de espacio suficiente para acelerar y tanto el coche amarillo como el coche rosa pueden impactar contra nuestro vehículo.
Por otra parte, ni el conductor del coche amarillo ni el conductor del coche rosa tienen demasiado margen de maniobra para facilitarnos la maniobra de incorporación.
En una incorporación, ¿quién cede el paso a quién?
En las incorporaciones a vías de alta capacidad, el conductor del vehículo que se incorpora debe ceder el paso a los conductores que circulan por la vía principal, pero los conductores que circulan por la vía principal deben facilitar la maniobra de incorporación siempre que les sea posible.
Esto parece una contradicción, pero no lo es. Por una parte, tenemos que ceder el paso significa no forzar a los demás conductores a modificar la velocidad, posición o trayectoria de sus respectivos vehículos. Cuidado: ceder el paso no significa que debamos detenernos para que pasen los demás conductores en todos los casos, sólo en aquellos en los que realmente podríamos forzarles de las maneras enunciadas.
Si nos incorporamos a la vía principal a una velocidad adecuada, si reducimos la disparidad de velocidades entre nuestro vehículo y los demás, nos alejaremos del riesgo de entorpecer al resto de los conductores, esto es, nos alejaremos de incumplir la norma de ceder el paso.
Por su parte, los conductores que ya circulan por la vía principal tienen la obligación de facilitarnos la maniobra siempre que les sea posible. ¿Por qué? Veámoslo con un poco de lógica. Nosotros circulamos por un espacio limitado que, como sabemos, no podemos malgastar. A quienes circulan por la vía principal no les supone, en comparación, esfuerzo alguno acelerar, desacelerar o, según el caso, cambiarse de carril para echarnos una mano. Por eso la ley prevé que actuemos de esta manera, para tener una circulación más segura y ordenada.