Diabetes, ¿nos puede influir en la conducción?
En el mundo hay más de 347 millones de personas con diabetes, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). ¿Es usted uno de ellos? Si es así, debe ser consciente que, como enfermedad, puede acarrearnos serias complicaciones durante la conducción. Por supuesto, todo depende del grado de control que tengamos de la diabetes, la medicación, nuestro estado de salud en general…. Será el especialista médico quien determine si podemos conducir sin problemas o si necesitamos de unas medidas especiales.
La OMS señala que la diabetes (diabetes mellitus) se está convirtiendo en una epidemia mundial relacionada con el rápido aumento del sobrepeso, la obesidad y la inactividad física. La diabetes es una enfermedad crónica que aparece cuando el páncreas no produce insulina suficiente o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. El efecto de la diabetes no controlada es la hiperglucemia (aumento del azúcar en la sangre).
En este sentido, encontramos varios tipos de diabetes. Por un lado, la tipo 1 (anteriormente denominada diabetes insulinodependiente o juvenil) se caracteriza por la ausencia de síntesis de insulina; por otro lado, la tipo 2 (conocida anteriormente diabetes no insulinodependiente o del adulto) y que tiene su origen en la incapacidad del cuerpo para utilizar eficazmente la insulina, lo que a menudo es consecuencia del exceso de peso o la inactividad física. También encontramos la diabetes gestacional, corresponde a una hiperglicemia que se detecta por primera vez durante el embarazo.
¿Qué dice el Reglamento General de Conductores al respecto? En el caso del carnet tipo B (coche), a la hora de abordar criterios de aptitud para obtener o prorrogar permiso o licencia de conducción ordinarios, señala que “no debe existir diabetes mellitus que curse con inestabilidad metabólica severa que requiera asistencia hospitalaria, ni diabetes mellitus en tratamiento con insulina o con fármacos hipoglucemiantes”.
Ante la posibilidad de adaptaciones, restricciones y otras limitaciones en personas, vehículos o de circulación en permiso o licencia sujetos a condiciones restrictivas, se recoge que “siempre que sea preciso el tratamiento con insulina o con fármacos hipoglucemiantes se deberá aportar informe médico favorable que acredite el adecuado control de la enfermedad y la adecuada formación diabetológica del interesado. El período de vigencia máximo será de cinco años, y podrá ser reducido a criterio facultativo”. Recordamos que hablamos siempre para el carnet tipo B, coches.
En este sentido, el reglamento incide en que “no deben existir, en el último año, cuadros repetidos de hipoglucemia aguda ni alteraciones metabólicas que cursen con pérdida de conciencia”. Aquí no se admiten adaptaciones, restricciones y otras limitaciones en personas, vehículos o de circulación en permiso o licencia sujetos a condiciones restrictivas.
El factor que se asocia a mayor riesgo de accidente de tráfico en diabéticos son los antecedentes recientes de hipoglucemia severa (bajo nivel de glucosa en sangre asociado a un deterioro de la función psicomotora que requiera ayuda de otra persona para administrar sustancias para normalizar su glucemia, según la Sociedad Americana de Diabetes). Aquí no afecta el tipo de diabetes o el tratamiento farmacológico que se utilice.
El médico tiene la última palabra
Por supuesto, el especialista médico es quien mejor conoce su enfermedad y quien puede determinar si puede seguir conduciendo sin riesgos. Como diabéticos, hay que ser conscientes del riesgo que supone conducir en situaciones de hipoglucemia.
Al respecto, el Doctor Antonio Ruiz indica en su ‘videoconsejo’ para el canal ‘Médicos por la Seguridad Vial’, del Área de Prevención y Seguridad Vial de Fundación MAPFRE, que los diabéticos tienen un mayor riesgo al volante ante la posible bajada de azúcar, de glucosa… ‘Debemos ser conscientes de las posibles consecuencia’, añade. Con ello, describe síntomas que se pueden sufrid como son: temblor, nerviosismo, hormigueos, sensación de hambre… Son síntomas iniciales que nos indican que debemos detenernos, beber líquidos azucarados, tomar caramelos e incluso hidratos de carbono como galletas, bocadillos… Si la hipoglucemia persiste, puede producir síntomas como cefalea, somnolencia o lentitud en la reacción, alteraciones visuales, alteraciones en el habla o incluso convulsiones y pérdidas en el habla.
Por supuesto, la ingesta de alcohol, prohibida ya con la conducción, es mucho más grave en el caso de las personas con diabetes. Además, debemos extremar las precauciones por la noche y madrugadas. De hecho, no debemos olvidar que las hipoglucemias más frecuentes se producen especialmente durante la madrugada. Por ello, se debe conducir extremando las precauciones y parando cada hora y media. Siempre tendremos que consultar al médico.