Caminar por la carretera con los menores riesgos posibles
A pesar de que en los últimos años las infraestructuras han mejorado de forma notable en nuestro país, todavía es posible encontrar carreteras en las que para transitar a pie desde una población a otra que queda próxima, debemos poner especial cuidado en nuestra seguridad para evitar ser atropellados. Por eso es preceptivo tener en cuenta algunas normas básicas de circulación para peatones en carretera.
La idea principal es reducir el riesgo caminando por la zona que presente menor peligro para nosotros como peatones. Si la carretera cuenta con una zona destinada a los peatones, es obligatorio y lógico utilizarla. Si no es así, caminaremos por el arcén. Y si este no existe, lo haremos utilizando la parte imprescindible de la calzada.
Caminaremos siempre que sea posible por el lado izquierdo de la carretera, para poder ver los vehículos que vienen de frente y, en caso necesario, apartarnos para evitar no sólo ser atropellados, sino simplemente empujados por el aire que desalojan los vehículos al moverse. Si resulta más peligroso circular por la izquierda, por ejemplo porque en ese lado existe un barranco sin barreras protectoras, elegiremos circular por la derecha por ser este el lado menos peligroso. También circularemos por la derecha si lo hacemos en grupo, ocupando igualmente la parte imprescindible de la vía.
Cruzar la carretera es otro punto especialmente conflictivo. Para hacerlo, debemos elegir un lugar en el que seamos bien visibles: mejor en un tramo de vía recto que en una curva o tras una de ellas. Mejor en un tramo con un solo carril por sentido que en un tramo con más de un carril por sentido. Si existen pasos superiores o inferiores, es obligatorio que los utilicemos, además de mucho más aconsejables, por su mayor seguridad. Cruzaremos cuando tengamos bien claro que no se aproximan vehículos en ninguno de los dos sentidos. Ante la duda, es mejor esperar a una ocasión más adecuada. El cruce de la carretera lo haremos con decisión y a buen paso, pero sin precipitación.
Si encontramos en nuestro camino una rotonda, nunca la abordaremos cruzando por la zona central, sino que la circundaremos, cruzando cada uno de los brazos de esa rotonda con cuidado pero con decisión cuando estemos seguros de que hemos elegido el momento apropiado para hacerlo.
De noche debemos garantizar nuestra propia seguridad aumentando nuestra visibilidad. Es obligatorio cuando caminamos por carretera que lo hagamos utilizando un chaleco reflectante u otra prenda visible desde una distancia mínima de 150 metros. Además, si transitamos en grupo, deberemos llevar encendidas al menos dos luces: una blanca o amarilla en la cabeza del grupo, y una de color rojo al final del mismo.
Cuando caminamos por la carretera, conviene que vigilemos el tráfico que nos rodea. Como usuarios vulnerables de la vía que somos, al caminar por una carretera estamos especialmente expuestos a ser atropellados. Una observación constante de cuanto nos rodea será el complemento perfecto para reducir nuestro riesgo vial.