No a las dietas milagro, no arriesgues tu salud
Evita los métodos poco saludables para verte mejor
Llega el verano y con él, las ganas de quitarnos ese peso de más que hemos adquirido a lo largo del invierno, todavía más después del confinamiento en el que probablemente hemos cogido algún kilo por la falta de ejercicio.
Casi todos conocemos alguna dieta milagro, muchas de ellas están asociadas a la compra de algún producto y algunas excluyen grupos enteros de alimentos o se basan sólo en consumir un tipo de comida: la de la piña, la de la alcachofa…Casi todos somos conscientes también de los riesgos de intentar adelgazar con métodos poco saludables pero, pese a ello, un alto porcentaje de la población ha realizado una o varias dietas milagro al menos una vez en su vida. Así se desprende del estudio “Dietas milagro y sociedad española“, realizado en colaboración con la Academia Española de Nutrición y Dietética. Este informe analiza los conocimientos, actitudes (positivas y negativas) y prácticas de 2.600 españoles acerca de este tipo de dietas.
Todos los años, en esta época, estos cantos de sirena, que ofrecen resultados rápidos, fáciles y sin esfuerzo, se convierten en verdaderos protagonistas, pero no hay que olvidar que conllevan un riesgo para la salud que puede manifestarse a medio o largo plazo. Además, hay que contar con el efecto yo-yo o rebote, que consiste en recuperar el peso perdido (o incluso superarlo) una vez se abandona la dieta. El 90 % de las personas que pierden peso lo recuperan un año después.
Para cuidar tu salud, olvídate de las dietas milagro y basa tu alimentación en la dieta mediterránea tradicional. Si quieres perder peso de una forma saludable lo mejor es que acudas a un profesional pero, si quieres empezar ya a comer sano, te ofrecemos algunas ideas generales que pueden mejorar tu alimentación:
- Abundancia de verduras en tus platos, especialmente en comida y cena, donde deben ser la base. Son nutritivas por su aporte en fibra, vitaminas y minerales, y te ayudan a saciarte y evitar que comas en exceso.
- Reduce el aporte de alimentos procesados en tu dieta: ricos en azúcares, harinas refinadas, sal y grasas, hacen que comamos más cantidad de lo adecuado, y por lo general, su valor nutricional es bajo comparados con los productos frescos.
- Incluye una porción pequeña de proteína en comida y cena, buscando fuentes de calidad entre pescados, carnes o huevos, y reduciendo el aporte de procesados cárnicos. Incluye pescado al menos dos o tres veces a la semana.
- Las legumbres también pueden aportarte proteína a la vez que fibra, no olvides incluirlas en ensaladas o guisos, a ser posible sin un componente graso elevado (mejor por ejemplo unas lentejas con verduras, que con chorizo).