Naturaleza en color
El artista como inventor de realidad
Paul Klee
Junge Palme [Joven Palmera], 1929
© Colecciones Fundación MAPFRE (2020) for the reproduced works by Paul Klee: VEGAP, Madrid
De difícil clasificación, pues su obra no puede adscribirse a ningún movimiento artístico concreto, el pintor suizo Paul Klee se formó en Munich con el grupo expresionista el Jinete Azul que habían creado Wassily Kandinsky y Franz Marc. Tiempo después, el descubrimiento del color, que llega tras un viaje a Túnez en 1914 se convierte en una de las claves fundamentales de su obra. Durante la guerra, el artista continuó pintando, sobre todo acuarelas, que le servían para poder explorar la influencia de la luz y el color a la hora de lograr profundidad. Durante sus años en la Bauhaus, primero en Weimar y luego en Dessau, Paul Klee desarrolló un verdadero corpus artístico, pero incluso allí, continúo realizando un tipo de pintura que no abrazaba sólo la abstracción, sino que se sumaba a su repertorio de imágenes alegóricas procedentes de la naturaleza.
“El primer tinte de la naturaleza es dorado,
Para mantener su verde más intenso.
Su hoja temprana va floreciendo
Y vive apenas un instante.
La hoja muere al caer, danzante,
Como se hundió el Edén muy a su pesar,
Así el alba día a día desciende,
Pues nada dorado permanece.”.
Robert Lee Frost, 1923.