Pinta como Miró
Colores para expresar emociones
Joan Miró
Bosch del Bellver /Bosque de Bellver, 1910
© Successió Miró 2020
Su padre, para que aprendiera un oficio, le encontró un trabajo como dependiente en una droguería y eso le entristeció mucho porque él quería ser pintor. El joven Joan enfermó y sus padres, muy preocupados, le llevaron a una casa de campo, una masía, en el pueblo de Mont-roig, en Tarragona, para que se recuperara.
Allí era muy feliz y se sintió con fuerzas para volver a dibujar. Llenó su cuaderno de árboles, animales, gentes del pueblo, todo envuelto en colores intensos. El joven Miró entendió que la naturaleza era su aliada porque sentía la energía a través del aire, de la hierba, del rocío, de los pájaros. Así, día a día, se curó de la enfermedad y volvió a Barcelona para recibir clases de arte. Poco a poco, Joan Miró consiguió confiar en su instinto.
Algo dentro de él le susurraba que debía ser pintor.
Te propongo un juego…
¡Pinta como Miró! Mira a tu alrededor. Escoge algo que te apetezca dibujar. Por ejemplo: el paisaje que ves desde tu ventana, tu mascota, una bandeja con fruta, un miembro de tu familia… y, una vez lo hayas dibujado, rellénalo de intensos colores, pero sin copiar la realidad. Echa a volar tu imaginación como hizo Joan Miró.