¿Cómo debe viajar un recién nacido en diferentes medios de transporte?
Las sillitas para el automóvil son, probablemente, la medida de seguridad más importante para los niños. Ha de estar homologada según las normas en vigor (ECE R44/04 y R-129, o i-Size) y ser específica para recién nacidos y bebés pequeños, ya que previenen hasta el 90% de todas las lesiones graves o mortales que podrían producirse en caso de accidente de circulación.
El sistema ISOFIX evita errores en su instalación, por lo que es el más recomendable. A medida que crece debemos disponer de un sistema de retención infantil apropiado a su peso y altura. Y por ley deben viajar mirando hacia atrás hasta los 9 kg, aunque lo más recomendable es alargar ese período todo lo posible, hasta mínimo los 4 años.
Se recomienda una posición intermedia entre la horizontal y la vertical para una mayor comodidad. Como sabemos, además, deben viajar siempre en los asientos traseros, excepto si el vehículo no cuenta con ellos, o los asientos traseros ya están ocupados por otros niños con sillitas, o bien si no se pueden colocar sillitas.
Si viajamos en tren o en autobús nos vamos a encontrar con un vacío normativo para niños menores de tres años. No se especifica nada al respecto de los viajes con recién nacidos en estos medios de transporte, puesto que no figuran en el Reglamento y nada obliga a las empresas a disponer de SRI adecuados. No obstante, podemos utilizar sistemas de retención plegables y portátiles que, estando homologados, se puedan sujetar mediante cinturones de tres puntos, en caso de que el autobús cuente con ellos.
En el caso específico del tren, no es posible utilizar un sistema de retención infantil al uso porque no disponen de cinturones de seguridad en los asientos. Sí es posible utilizar un sistema de retención portátil, de viaje, si dispone de correas de sujeción que permitan su sujeción al asiento.
Para viajes en avión, en la mayoría de los casos no es obligatorio el uso de un SRI específico para los menores de dos años, pero sí debemos llevarlos en el regazo, con un cinturón especial que los envuelve. Lo más recomendable es intentar que puedan viajar en un sistema de retención infantil. Todo va a depender de la política de la compañía aérea. Hay sistemas de retención autorizados expresamente para viajar en avión, y si el bebe viaja en un sistema de retención infantil, la compañía aérea nos puede obligar a el SRI esté entre la lista de autorizados para viajar en avión.
Consejos generales en verano para los viajes con recién nacidos
Los viajes en verano implican calor, y los recién nacidos son muy sensibles a la temperatura. Por tanto, en la medida de lo posible debemos planificar los trayectos y descansos, de manera que no pasemos demasiado tiempo dentro del coche, autobús o tren, o en el avión (aunque esto es más complicado en ese último caso).
Con un bebé a bordo conviene parar cada 90 minutos o cada dos horas, sacarlo de la silla y dejar que se estire, se mueva y cambie de postura. Aprovecharemos también para cambiar el pañal o cambiarlo de ropa, para alimentarlo e hidratarlo. Es muy recomendable no alimentar al bebé mientras estamos en marcha por lo inconveniente de la postura.
Por otro lado, la temperatura en el vehículo debe ser la adecuada: ni frío, ni calor. Si viajamos en transporte colectivo es posible que no podamos regular a nuestro gusto la temperatura, por lo que debemos estar preparados para que el bebé reciba directamente una corriente del aire acondicionado.
Es muy fácil que un bebé recién nacido sufra un golpe de calor, por lo que hemos de tener especial precaución y cuidado de que no se quede dentro del coche o el autobús sin supervisión. Llevaremos en una bolsa de mano todo lo necesario para el confort del bebé, sobre todo en cuanto a ropa, mudas y toallitas húmedas, así como pañales y cremas y algún juguete apropiado para el viaje.