La seguridad vial requiere una acción conjunta mundial
Presentamos el informe Evaluación de la Década de Acción de la Seguridad Vial 2011-2020
Seguridad Vial
Cada año, un total de 1,3 millones de personas fallecen en siniestros viales y 50 millones de personas sufren lesiones graves como resultado de un incidente de tráfico, una realidad que convierte a este tipo de siniestros en la primera causa mortal entre niños y jóvenes en todo el mundo con edades comprendidas entre los 5 y los 29 años. Todas estas tragedias se podrían haber evitado.
Para entender la magnitud de este problema y analizar la evolución de la siniestralidad en el mundo en los diez últimos años, Jesús Monclús, director de Prevención y Seguridad Vial de Fundación MAPFRE ha presentado el informe Evaluación de la Década de Acción de la Seguridad Vial 2011-2020, elaborado junto con The George Institute for Global Health y The Milken Institute School of Public Health de la Universidad de George Washington (EE. UU.), para la Organización Mundial de la Salud.
Este estudio, que analiza los indicadores que más han influido en la reducción consecutiva de los siniestros de tráfico en los últimos 10 años, revela algunos aspectos positivos como por ejemplo que cada vez más instituciones y países están de acuerdo en convertir la seguridad vial en un asunto de salud pública, así como en disponer, de manera “urgente”, de mejores sistemas de registro y notificación de lesiones de tráfico, y promover la colaboración entre los países para poder implantar buenas prácticas.
Pero el trabajo también revela que hay mucho trabajo por hacer. Según el informe, los siniestros viales crecen especialmente en las regiones con rentas bajas, como África, donde el índice medio de mortalidad vial es 28,2 víctimas por 100.000 habitantes. Y solo 28 países del mundo, es decir, un 7% de toda la población mundial, cuenta en estos momentos con una legislación sólida en materia de seguridad vial para hacer frente a los principales riesgos viales, como el consumo de alcohol, el no cumplimiento de los límites de velocidad y la no utilización del casco de moto y de los sistemas de retención infantil, entre otros.
Estas y otras muchas conclusiones de lo que ha ocurrido en la última década han sido una aportación esencial en el diseño de la próxima estrategia a nivel mundial en materia de seguridad vial para los próximos diez años.
Naciones Unidas estima que durante los próximos 10 años las víctimas de tráfico podrían alcanzar la “inaceptable” suma de 13 millones de fallecidos y 500 millones de personas con lesiones, lo que sin duda impedirá el desarrollo sostenible, especialmente en países con ingresos medios y bajos. Ante estas cifras inaceptables, el segundo Plan Global de la Década de Acción por la Seguridad Vial 2021-2030 de la ONU, que establece las medidas a adoptar para la próxima década, llega con un objetivo: lograr reducir al 50% las víctimas en los siniestros de circulación para el año 2030.
En un acto realizado a nivel mundial, que ha contado con la participación de Jesús Monclús como ponente, se han presentado las líneas maestras de este ambicioso Plan. Con 65 medidas concretas y las mejores recomendaciones de los expertos, este documento plantea la estrategia para modernizar las vías y carreteras, potenciar la seguridad de los vehículos, evitar errores y distracciones al volante, y promover la multimodalidad y medios de transporte seguros, sanos y sostenibles, entre otras acciones, y analizar las medidas necesarias para poder llevar a cabo cada una de ellas.
Como parte de la comunidad del UNRSC, desde Fundación MAPFRE hemos participado en la redacción de este Plan, aportando toda nuestra experiencia y contribuyendo a orientar el desarrollo de este plan, que recoge las ideas que surgieron en la Conferencia de Estocolmo, y que quiere convertirse en una herramienta clave para guiar los esfuerzos de los países en la reducción de las muertes y los traumatismos causados por las carreteras.
Sabemos que para afrontar el futuro no hay nada mejor que aprender del pasado. Desde Fundación MAPFRE seguiremos trabajando para conseguir que este nuevo Plan sirva de guía al mundo para las acciones de seguridad vial en la próxima década.
Entre todos podemos alcanzar el objetivo de reducir al 50% las víctimas en la carretera en el año 2030.