¿Se puede reparar un sistema de retención infantil?
Por otro lado, es muy frecuente también que esta sea una pregunta que jamás se llega a formular por desconocimiento, pero de la misma manera que un casco para moto o un cinturón de seguridad de adulto, cuando sufrimos una colisión debemos tener ante todo mucha prudencia, y pensar que cualquier sistema de retención o cualquier protección debería ser revisada a fondo tras un golpe. El problema está en determinar quién la revisará.
Una colisión puede generar daños imperceptibles en arneses, cierres o en la estructura del SRI
Por regla general, los sistemas de retención infantil debidamente certificados están probados para un solo caso de colisión. Dicho de otro modo, se garantiza que, estando bien abrochados y colocados en el asiento del coche, los SRI protegerán a sus ocupantes de una colisión. No está garantizado que puedan proteger más allá de ese suceso, y esto es debido a las fuerzas y tensiones que han de soportar los arneses, los cierres o el sistema de anclaje.
Durante una colisión las fuerzas que debe resistir el SRI son enormes, y podrían dañar la estructura, deformar el acero o generar fisuras invisibles que no podemos detectar mediante una simple inspección. Estas son las razones con más peso, además, para recomendar que no se repare un SRI a menos que lo haga el propio fabricante, que es quien puede determinar mejor que nadie el alcance e importancia de los desperfectos.
Además de esto, hemos de decir que en el caso de no utilizar el sistema ISOFIX y sujetar el SRI mediante los cinturones de seguridad traseros, estos últimos pueden haber sufrido también daños, y también deben ser revisados. Por tanto, si sufrimos una colisión deberíamos pensar en reemplazar el sistema de retención infantil por pura precaución.
Otro caso bien diferente sería el deterioro de los materiales acolchados, por ejemplo, u otros elementos del SRI que no tengan que ver, de ninguna manera, con los arneses, cierres o sujeciones. En esos casos sí es factible reparar esas piezas en establecimientos especializados. Pero en el caso de que cualquier parte sensible del SRI quede dañada, debemos reemplazar el dispositivo.
Si revisamos las políticas de seguridad de otros países, por ejemplo los EE.UU., veremos que se recomienda siempre reemplazar el SRI en el caso de colisiones moderadas y graves, pero no se obliga a su reemplazo cuando la colisión es leve.
¿Cómo determinar si la colisión es leve? Se han de dar estas condiciones de manera simultánea:
- El vehículo puede seguir su camino sin problema;
- La puerta más cercana al SRI no tiene daño en absoluto;
- Ninguno de los ocupantes presenta lesiones;
- Los airbags no se han desplegado Y
- No hay daño visible en el SRI.
En esos casos no suele ser necesario el cambio de SRI. No obstante, recomendamos revisar el sistema de retención infantil en profundidad y, ante la menor duda, es aconsejable que lo haga un especialista.
Y de los SRI de segunda mano, ¿qué podemos pensar?
Las razones esgrimidas en los puntos anteriores en cuanto a la conveniencia o no de utilizar un SRI tras una colisión son más que suficiente para entender que un dispositivo de segunda mano no es algo en lo que podamos confiar con facilidad. Pero no solo por la posibilidad de que haya sufrido una colisión, sino porque no conocemos la historia del dispositivo.
La historia de un sistema de retención infantil puede ser muy diversa, y cuando una persona pone a la venta su sillita de retención normalmente no dispone de ningún certificado sobre la seguridad del dispositivo, ni cuenta con un registro de accidentes, y puede que ni siquiera haya registrado una posible llamada a revisión del SRI.
Al igual que sucede con los coches, una llamada a revisión puede ser provocada por la detección de un fallo de producción por parte del fabricante, quien retira el producto de las tiendas y procede a su reparación o reemplazo sin que ello afecte a la garantía, ni a la seguridad del dispositivo.