¿Qué son los cojines de impacto?
Analizamos su seguridad
Seguridad Vial
Los cojines de impacto son una alternativa a las sillas de arnés. El principio básico de su funcionamiento es la distribución de la presión a lo largo de una mayor superficie de contacto, por lo que, en principio, al tener más superficie las fuerzas que recibe el niño disminuyen.
Este sistema fue desarrollado por un ingeniero de una marca muy conocida de sillas de coche en los años 80 y comercializado en base a los resultados obtenidos con las limitaciones de la época en muñecos de ensayo (dummys), hasta finales de los 90 momento en el que la firma descartó su venta.
A día de hoy los resultados que se obtienen en Europa en ensayos con este tipo de dispositivos son realmente buenos, con desplazamientos de cabeza (que pueden ser fatales en caso de impacto con el asiento delantero o por la fuerza ejercida sobre el cuello y cabeza del ocupante de la silla) por debajo de otros sistemas, y resultados biomecánicos de los muñecos de ensayo excelentes, y ello justifica las valoraciones en ensayos de consumidores.
A diferencia de los resultados obtenidos con dummys, en “accidentología” los resultados obtenidos hacen dudar de la eficacia de estos sistemas y por ello en países como Estados Unidos y Canadá la venta de estos dispositivos está prohibida.
¿Y dónde radica la diferencia observada en los datos que tenemos de “accidentología”, y los datos obtenidos por los muñecos de ensayo?
En uno de los primeros artículos que publicamos este año, hablábamos de los tres principios básicos que debe tener un sistema de retención infantil. La retención, la desviación y la absorción.
Si analizamos estos principios, en el cojín de impacto tenemos retención, probablemente mejor que la de una silla de arnés, tenemos absorción, al estar hecho principalmente por un material que absorbe energía, pero no tenemos desviación, ya que el dispositivo no discrimina que partes del cuerpo del niño son capaces de soportar las cargas y cuales no, aplicando las fuerzas sobre una mayor superficie de impacto, cosa que hace disminuir la concentración de las cargas, pero sin desviarlas al esqueleto, como sí hace un arnés. Esto último (desviar la concentración de las cargas al esqueleto) es tremendamente importante ante una detención forzada o siniestro de tráfico. La mejor manera de explicarlo es con un ejemplo.
Cuando vemos un saltador de puénting, el arnés lo retiene de la pelvis y de los hombros, por lo tanto, la energía generada se transmite por esos puntos de contacto al cuerpo del saltador. A nadie se le ocurre fijar a un saltador del cuello, porque el cuello es una parte del cuerpo no preparada para recibir los esfuerzos derivados de ese salto.
Lo mismo con un niño. Sabemos que hay puntos adecuados para recibir esas cargas derivadas de una colisión, como el esqueleto en la zona pélvica y la clavícula, y hay otras zonas no preparadas para recibir esos esfuerzos, como el abdomen, o el cuello.
De todas maneras, y teniendo en cuenta que el cojín de impacto es un sistema que se utiliza entre los 15 meses y los 4 años, quedaría, en cualquier caso, fuera de nuestra recomendación, además de por todo lo que acabamos de explicar, por su uso a favor de la marcha, ya que desde Fundación MAPFRE recomendamos que los niños hasta los 4 años vayan siempre en sentido contrario de la marcha.