¿Qué puedo hacer para que mi hijo no tenga tanto calor en la sillita este verano?
Tras una primavera poco calurosa, el verano ha llegado con todo su esplendor y, con él, unas temperaturas que en algunos puntos de la península ya se acercan a los 40 grados. Por eso, es el momento de plantearse qué hacer para que nuestros hijos sobrelleven lo mejor posible los viajes en coche, sentados en las sillas de auto que, pese a quien pese, pueden hacer pasar un mal rato a los niños por ese mismo calor.
Ya sabemos, por la cantidad de artículos y noticias que se han dedicado a ese tema durante los últimos años, que bastan 25 grados de temperatura exterior y 10 minutos en el coche a pleno sol para que un niño sufra un golpe de calor. Existen numerosos consejos para evitar que los niños sufran golpes de calor, dentro de lo posible, pero está claro que, si las temperaturas sobrepasan los 35 grados, los niños van a pasar calor.
Mantén el coche a la sombra todo el tiempo que sea posible
Esto puede parecer poco importante si nos vamos a detener pocos minutos para hacer unas gestiones, pero la búsqueda de la sombra debería ser prioritaria en cualquier situación. Todo lo que sea proteger el coche de los rayos directos del sol, será bienvenido una vez que nos volvamos a sentar en el habitáculo. Por supuesto, nadie puede permanecer en el coche si no nos estamos moviendo, por muy poco que sea el tiempo que pasemos detenidos.
La clave para que, una vez de nuevo dentro del coche, pasemos todos menos calor es mantenerlo a la sombra siempre que sea posible. Incluso bajo tierra, en un parking subterráneo si tenemos esa posibilidad. Al hacer esto lo que conseguimos es mantener la silla de auto fresca.
Este es un punto crítico: si la silla de auto recibe los rayos de sol directamente, sus diferentes partes pueden alcanzar temperaturas peligrosas hasta el punto de provocar quemaduras en la piel expuesta de los pequeños en verano. Por ejemplo, el reposacabezas puede alcanzar temperaturas superiores a los 60 grados, mientras que el propio asiento superará con facilidad los 50 grados, pudiendo provocar quemaduras de cierta importancia. Por otro lado, los cierres metálicos de los arneses pueden absorber el calor con mucha más rapidez, por lo que es muy importante comprobar la temperatura a la que se encuentran antes de sentar a los niños.
Una solución mejor que buscar tan solo la sombra es añadir parasoles a nuestra rutina. Una vez aparcados, aunque sea bajo la mejor de las sombras, podemos colocar los parasoles en puntos estratégicos: en el parabrisas, por supuesto, y también en las ventanillas (cuanta más luz tapen, mejor).
Por otro lado, proteger la silla es fundamental para que nuestros hijos no pasen tanto calor, y para ello podemos utilizar diversos trucos: desde emplear parasoles con cierta creatividad (aunque siempre quedan huecos sin cubrir) hasta utilizar fundas especialmente fabricadas para cubrir sillas de auto (fundas parasoles y fundas anti-uva). Existen también unas esterillas o colchonetas transpirables que ayudan a los niños a viajar más frescos.
Para terminar, recordamos que es bueno enfriar el coche dentro de lo posible antes de sentar a los niños utilizando el aire acondicionado y abriendo las ventanillas para expulsar el aire caliente del interior.