Principales errores al volante que pueden costarte tu vida y la de los tuyos
No es que queramos asustarte, que quede claro, sino recodarte lo peligroso que es olvidarse de los riesgos inherentes a la conducción.
Mientras a conducir aprendemos, estamos muy alerta, con todos los sentidos fijados en la carretera. Pero, con los años, conducir puede convertirse en algo automático, y esos despistes al volante (que a menudo también son infracciones de seguridad vial) que cometemos sin darnos cuenta pueden salirnos muy caros.
La revista de la DGT ha recopilado recientemente los descuidos y errores más habituales. Hoy recogemos algunos de ellos para refrescar los riesgos que conllevan y la forma correcta de proceder:
- No guardar la distancia mínima de seguridad – Riesgo de alcance: Es fundamental mantener la distancia para tener tiempo de reacción y poder frenar suavemente. Si no estás seguro de la distancia mínima, busca una referencia estática (como un árbol o un poste) y cuando el coche que te precede pase junto a ella, cuenta: mil-ciento-uno, mil-ciento-dos. Si has llegado al punto de referencia antes de acabar de contar, vas demasiado cerca. Aumenta la separación.
- Malas posturas al volante – Aumentan el tiempo de reacción: Ir pegado al volante impide manejarlo bien y además existe un importante riesgo de lesiones si se activa el airbag. Ir demasiado alejado o con el codo en la ventanilla aumenta el tiempo de reacción. Lo correcto es ir con las manos a las 10 y 10 en el volante (según la esfera de un reloj: la mano izquierda en las diez, y la mano derecha en las dos), la cabeza en el centro del reposacabezas y los brazos y piernas algo flexionados.
- Mala colocación del cinturón de seguridad – Peligro de lesiones graves: Un cinturón mal colocado puede ocasionar lesiones importantes incluso en accidentes leves o frenazos bruscos, sobre todo a los niños que son más frágiles. En España, los menores que superan los 135 cm de altura pueden viajar legalmente utilizando el cinturón de adulto siempre que se ajuste perfectamente. Para conseguir el ajuste correcto, asegúrate de que la banda superior pasa por encima del esternón y se apoya en la parte media de la clavícula. La inferior debe estar pegada al cuerpo sobre los huesos de la pelvis. Una mala colocación, con el cinturón por encima del estómago o cerca del cuello, puede resultar verdaderamente peligrosa porque la presión del cinturón sobre estas zonas blandas en caso de accidente o frenazo brusco podría ocasionar graves lesiones internas. La Ley de Tráfico española permite que los niños que midan más de 135 cm de altura viajen utilizando el cinturón de seguridad, pero en Fundación MAPFRE damos un paso más y aconsejamos que únicamente lo hagan cuando el cinturón quede correctamente ajustado tal y como se ha indicado y, en caso contrario, se siga utilizando su asiento o cojín elevador.
- Circular por el carril central – Induce maniobras incorrectas en otros conductores: Circular por el carril central, excepto cuando ello esté justificado (por ejemplo con circulación densa), es una mala costumbre que puede llevar a otros conductores a realizar maniobras peligrosas como adelantar por la derecha o tener que hacer un doble cambio de carril. En vías de varios carriles, procura ir por el de la derecha y utiliza los otros sólo para adelantar.
- Distraerse mirando un accidente – Retenciones y riesgo de alcances: Es normal que ante la contemplación de un accidente se reduzca la velocidad, pero no debemos desviar nuestra atención mientras seguimos conduciendo. Lo conveniente es seguir la marcha tomando precauciones, mantener la vista en la circulación por delante de nuestro vehículos y vigilar a los vehículos que vienen por detrás mediante el espejo retrovisor.
- No respetar los pasos de peatones – Atropellos: En las vías no sólo hay coches y los peatones pueden confiarse en los pasos de cebra pensando que el coche se parará. Respeta siempre la preferencia de paso del peatón en las zonas señalizadas y aminora la velocidad para que sepa que le has visto.
- Apurar el depósito – Riesgo de averías y de tener de detener el vehículo en un lugar peligroso: Las impurezas que se acumulan al fondo del depósito pueden ser absorbidas por el sistema de inyección y ser causa de averías en el lugar y el momento menos oportuno. No apures nunca el depósito hasta el final, es mejor llevarlo siempre por encima de 1/4 y llenarlo antes de iniciar un viaje.
- Desconocer la velocidad a la que se tiene que circular – riesgo de accidente y multa: Los límites de velocidad no dependen sólo de la vía, también varían en función del vehículo. Si vas a conducir un vehículo no habitual, como furgonetas o vehículos con remolques, infórmate de las limitaciones legales antes de coger el volante.
- Subirse a los bordillos – Riesgo de llantazo y deformaciones: A veces las ruedas golpean el bordillo al aparcar o quedan subidas sobre él. Evítalo siempre. Además de la ingrata sorpresa de una rueda desinflada al día siguiente, puede provocar deformaciones que alteren peligrosamente la dirección o, en casos extremos, lleven a su rotura con el vehículo en movimiento.
- Frenar bruscamente – Peligro de alcances, bloqueo de ruedas y salida de la carretera: Aún a baja velocidad, los frenazos bruscos nos pueden hacer perder el control, causar choques y causar lesiones graves a los niños si no están correctamente sujetos. Lo mejor es permanecer siempre atento y con la debida distancia de seguridad para anticiparse a cualquier peligro y poder advertirlo a los demás conductores con las luces de emergencia.
- Neumáticos bajos de presión – Más distancia de frenado, aquaplaning, reventones: Circular con la presión baja, o con las gomas de los neumáticos desgastadas o deterioradas, aumenta el riesgo de reventón y la distancia de frenado. Revisa la presión de tus neumáticos periódicamente: cada semana a ser posible y siempre de salir de viaje.
- Abusar del freno bajando una pendiente – Calentamiento, pérdida de rendimiento: Mantener pisado el freno en bajadas largas lo recalienta y pierde efectividad. Usa marchas cortas para evitar que el vehículo aumente de velocidad en las bajas y levanta el pie del pedal del freno para refrigerar discos y pastillas. Aplica la vieja receta de bajar el puerto en la misma marcha que lo has subido.
Estos errores, descuidos y malos hábitos al volante son la causa de muchos accidentes comunes en carretera. Recuerda que la conducción entraña riesgos y aunque la experiencia sea un valor, no hay nada mejor que mantenerse siempre alerta como el primer día.