Pautas de viaje en coche con niños con autismo
Hacer un viaje es, en muchas ocasiones, un momento positivo para las familias, aunque los preparativos y el desplazamiento ocasionen estrés.
Los niños suelen tener una paciencia más limitada que los adultos y es frecuente que cuando se aburren en un trayecto se pongan irritables y se les haga pesado aguantarlo.
Cuando los niños tienen un Trastorno Generalizado del Desarrollo (TGD) hay que tener en cuenta ciertas peculiaridades que propician un mayor nivel de estrés y, así, anticiparnos a problemas que puedan surgir para que la aventura sea lo más agradable posible.
Dentro de los TGD hay muchos grados y cada niño es diferente. No obstante, a continuación se señalan unas pautas generales para ellos, buscando que el trayecto en coche sea un momento placentero y feliz.
Lo primero de todo es garantizar la seguridad, con el uso de un sistema de retención adecuado y, si es posible, que no se pueda manipular y abrir con facilidad.
En los primeros viajes es bueno que un adulto viaje con ellos en la parte de atrás, de modo que si surge alguna crisis emocional pueda ayudar al pequeño en ese momento concreto, sin tener que detener el coche, lo que siempre propicia una situación peligrosa.
Algo de especial relevancia es anticipar el viaje. Las sorpresas no les gustan mucho; por tanto, que sepan con días de antelación que vamos a salir y el plan de viaje ayuda a que estén mejor preparados para afrontarlo. En función del niño y de su capacidad cognitiva utilizaremos un sistema u otro para explicárselo (por ejemplo, mediante el uso de pictogramas o diciéndoselo varios días de forma consecutiva).
Es fundamental NO TENER PRISA POR LLEGAR. Es posible que tengamos que parar durante el trayecto más veces o que alguna parada se alargue, pero lo importante es alcanzar el destino y que el viaje sea lo menos estresante posible para todos.
Una vez estamos en el coche, podemos repetir el plan de viaje de forma verbal o, en los casos que se requiera, sirviéndonos de una historia con pictogramas, que deben estar en un lugar visible para el niño.
Aunque hoy en día es habitual que los niños viajen en coche con frecuencia, si en nuestro caso ha habido poca exposición al mismo, de forma gradual y con suficiente antelación al viaje es bueno hacer trayectos cortos. De esta forma, evitamos que la situación novedosa le incremente la ansiedad.
Otro factor a tener en cuenta es que los niños con autismo suelen tener mayores dificultades en la autorregulación de sus estados emocionales. Por este motivo, es bueno usar algún estímulo externo que pueda producirle calma cuando la situación no le resulta agradable (un llavero, una pelota antiestrés, un muñeco de peluche…) y del que echaremos mano si se precisa.
En niños más mayores podemos incluir en el equipaje algunas actividades que les entretengan (dibujos o juegos) y que los puedan utilizar durante el camino.
Por último, para propiciar un ambiente agradable, tanto en el coche como en otros momentos del día, es bueno que el niño asocie cierto tipo de música con la relajación, pues también así se favorece la autorregulación de sus estados emocionales. No es necesario que sea un tipo específico de música, sino aquella que le agrade y produzca un tono afectivo positivo.
Siguiendo estas sugerencias propiciaremos que el viaje sea más cómodo y grato para todos y que la predisposición a repetir la experiencia sea positiva.
Paloma Méndez de Miguel
Psicóloga del Hospital Quirónsalud San José