La temporalidad de la seguridad infantil

Uno de los grandes problemas de las sillas de niños es que el usuario principal, que no es el menor, sino el adulto, no es cautivo. Y vamos a explicar por qué. Al mundo de las sillas de niños llegamos cuando vamos a tener un bebé, y nos vamos cuando ese bebé cumple los 11 o 12 años en el mejor de los casos. Eso hace que haya un ciclo constante de padres primerizos y que no haya aprendizaje adquirido.

En la primera década de este siglo se determinó que hacía falta un nuevo Reglamento, ya que las sillas eran complicadas de instalar y había un numero alto de sillas de niños y, en consecuencia, de menores que no iban correctamente en los coches. A partir de entonces, hemos avanzado muchísimo en el uso de las sillas de niños. Donde quizás hemos avanzado menos es en cómo colocamos a los menores en la silla.

A principios del mes de diciembre de 2022 se celebró en Múnich la que probablemente es la conferencia de seguridad infantil más importante del mundo, que se celebra cada año, y en ella se presentaron diferentes documentos sobre malos usos de las sillas de niños, que podrían ser perfectamente de principios de los años 2000.

Como resumen de los problemas observados en la instalación de los menores en la silla, podemos ver que no tensamos correctamente el arnés, ni el cinturón de seguridad, el cinturón pectoral pasa por debajo del pecho o, directamente, por detrás de la espalda, la altura del cabezal se ajusta de manera incorrecta, se utilizan sistemas de retención inadecuados o incluso se sigue colocando al menor en el asiento de delante con el airbag activado.

Este estudio observacional nos muestra que para mejorar la seguridad vial es necesario un aprendizaje de los conceptos prácticos que se deben aplicar. La llegada al mundo de la seguridad infantil no debe ser temporal sino parte de nuestra educación en seguridad vial. Solo así la visión cero en siniestros viales, que implica cero victimas y cero lesiones, será posible.