La enfermedad traumática sigue ahí
Presentamos el informe Evolución temporal reciente e impacto de la pandemia de la Covid-19 en la enfermedad traumática grave (ETGE)
Prevención
Según la Organización Mundial de la Salud, la enfermedad traumática representa a nivel mundial el 10% de toda la carga global de enfermedad. Pero, aunque su impacto es de enormes dimensiones, su estudio no es siempre sencillo ya que la enfermedad traumática grave está muy influenciada por factores sociales, económicos y culturales.
El informe El impacto de la enfermedad traumática grave en España, realizado en colaboración con el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid y la Sociedad Española de Medicina Intensiva y Unidades Coronarias (SEMICYUC), analiza la evolución de la patología traumática en las unidades de cuidados intensivos a lo largo de la última década en España. Una evolución que, según sus autores, refleja el envejecimiento general de la población, así como cambios en los patrones de movilidad, en el entorno laboral, de ocio…
Después del análisis de un total de 15.817 ingresos, con la información procedente de dos bases de datos, RETRAUCI, de carácter nacional, que representa el mayor registro de trauma en España, y UCITE, la Unidad de Cuidados Intensivos de Trauma y Emergencias del Hospital 12 de Octubre de Madrid, entre las conclusiones sigue llamando la atención la dimensión de género de las lesiones, con el 78% de los pacientes de sexo masculino. Las mujeres, por lo general, ingresan con una mayor frecuencia relativa por intentos de suicidio, caídas y colisiones de tráfico, y con una menor frecuencia por agresiones, actividades recreativas y traumas laborales. De hecho, el 97,5% de los ingresados por traumas laborales son varones.
Otra de las principales conclusiones es que las lesiones de tráfico siguen siendo las más frecuentes en las unidades de cuidados intensivos, suponiendo alrededor del 40% de todas las causas de ingresos en el periodo analizado. El alcohol está presente hasta en el 34% de los ingresos por agresiones, en el 28% de las caídas y en el 15% de los siniestros viales, sobre todo en hombres. Y la edad también marca diferencias: las caídas muestran una tendencia al alza en las personas de mayor edad y alcanzan el 35% de los ingresos en los mayores de 75 años.
En cuanto al impacto de la pandemia COVID-19 en el trauma en nuestro país, el año 2020 marcó un cambio abrupto de tendencias con un descenso de números absolutos para los siniestros viales, agresiones y laborales y un aumento de los ingresos relacionados con gestos de suicidio y actividades recreativas.
Este trabajo, además de servir de ayudarnos a reflexionar sobre qué cambios serían deseables en nuestro entorno para alcanzar el Objetivo Cero lesiones graves y mortales, es un reconocimiento a todos los profesionales médicos que dedican su vida a salvar la de los demás cuando se produce una lesión o un trauma, y en particular a los que se enfrentaron al impacto de la COVID-19 en nuestros hospitales.