Innovaciones en los sistemas de retención infantil
A la hora de elegir un SRI para tus hijos, quédate con lo importante
Seguridad Vial
En la actualidad hay pocos mercados tan competitivos como el de los sistemas de retención infantil. La constante búsqueda de innovaciones en los productos hace que cada año se vean nuevos productos con nuevas propuestas. Hace 20 años, en una tienda de puericultura había dos o tres modelos de sillita infantil de cada grupo de edades, como mucho, mientras que hoy las opciones son casi infinitas.
Sistemas de retención con ventiladores para el calor, con luces de todo tipo, rotatorios y extensibles, o reclinables hasta posiciones totalmente planas.
Los sistemas de retención infantil se han convertido, en ocasiones, en “sillas” de lujo muy caras para llevar en el coche a nuestros hijos, pero, en muchos casos, en la mayoría, se está perdiendo el foco sobre la función principal de estos sistemas.
Es importante recordar que la función principal de un sistema de retención infantil es la de salvaguardar la integridad física y la vida de los menores, evitando las lesiones que pudieran ocurrir en caso de un eventual siniestro de tráfico. Ese, y no otro, debería ser el principal argumento para la adquisición de una sillita infantil.
En definitiva, se trata de un dispositivo parecido al airbag del coche, cuya función solo se comprobará en el peor de los escenarios, pero del que se esperan los mejores resultados posibles, no normales o buenos, sino excelentes, porque lo que nos jugamos es demasiado.
La innovación en un producto debe tener un sentido y, en un sistema de retención infantil, la innovación nunca debe ir en contra de la seguridad; en muchos casos no es así.
Los sistemas de retención infantil se comprueban mediante una serie de ensayos, que se realizan con unos muñecos, que nos dan cierta información sobre su comportamiento en caso de colisión, pero nunca se obtiene toda la información necesaria. Es ahí donde el buen hacer de los fabricantes de estos productos debe discriminar lo coherente de lo absurdo o peligroso.
Entender que los sistemas de retención no se diseñan para proteger a los muñecos de ensayo sino a niños de verdad es algo que no debemos olvidar, por lo que como consumidores de estos productos debemos valorar, desde el sentido común, las necesidades que tenemos a la hora de adquirir un sistema de retención infantil. Hay que apostar solamente por aquellos que nos ofrezcan garantías de un comportamiento adecuado en caso de colisión y no perder el foco con otros detalles del producto.
Afortunadamente es cada vez más habitual que las tiendas y los fabricantes ofrezcan consejos acerca de cómo funcionan sus productos en caso de colisión, para que entendamos de verdad cómo funciona ese dispositivo que vamos a comprar para nuestros hijos y podamos separar lo importante de lo meramente accesorio.