Generando historias de futuro

Elena López-Gil Serra, coordinadora de proyectos de la organización Nuestros Pequeños Hermanos (NPH) afirma en el vídeo que hemos grabado con motivo de la Gala benéfica de la organización, “gracias a Fundación MAPFRE los niños comen”. Y es que un acto tan sencillo como comer, y comer sano, activa un motor que lleva a que los niños puedan realizar estudios superiores o por lo menos, adquirir una profesión.

Prueba de ello son los testimonios de dos de los beneficiarios de NPH, Aurora Zacarías Aquino y Óscar Candray Amador. Para Aurora lo mas importante de entrar en NPH a la muerte de su madre fue crecer en un ambiente sano y sentirse segura, protegida. Ahora, como madrina, está implicada en seguir generando una cadena de generosidad. Óscar, que a los 12 años no sabía leer, descubrió en la escritura una forma de expresión y hoy quiere ayudar compartiendo historias de NPH.

Estos testimonios de éxito son un pequeño ejemplo del trabajo de esta organización que fue fundada en 1954 por el sacerdote estadounidense William Wasson, a raíz de un episodio que marcaría su vida y, en adelante, la de miles de niños desfavorecidos. Ocurrió en Cuernavaca (México), donde conducía una parroquia en un barrio bastante pobre. Un día, la policía arrestó a un menor por robar la caja de limosnas de esa iglesia, pero el padre Wasson se negó a presentar cargos contra el muchacho; al contrario, pidió su custodia y el juez se la concedió. Una semana después el mismo magistrado le envió otros ocho niños desamparados más para que se hiciera cargo de ellos. Al final del año ya vivían con él 32 pequeños. Así nació Nuestros Pequeños Hermanos.

Desde entonces cerca de 20.000 niños se han criado con ayuda de esta organización, que ahora mantiene hogares de acogida para menores en nueve países: México, Honduras, Haití, Nicaragua, Guatemala, El Salvador, República Dominicana, Perú y Bolivia.