Estos son los puntos de error humano al ajustar la sillita en el coche
Frente a las acciones interiorizadas tenemos otras que, no por menos importantes, podemos apurar y realizar sin atender con todos nuestros sentidos al detalle, como por ejemplo ajustar la sillita de nuestros pequeños, o cuidar de que los arneses estén colocados a la perfección, y con la tensión adecuada. Por eso, entre las causas más frecuentes de fallo en las sillitas está el factor humano, el despiste que hace que el sistema de retención infantil no trabaje al 100% de sus capacidades, con la máxima eficacia. ¿A qué errores nos referimos?
- No comprobar el estado de los anclajes de la sillita. Si tenemos ISOFIX, basta con un pequeño tirón para comprobar que todo está correcto, si lo que tenemos es que la silla se ajusta mediante los cinturones de seguridad, podemos revisar tres puntos. Primero, que esté correctamente abrochado; segundo, que no haya ninguna doblez u holgura por cualquier motivo (un juguete puede aparecer en cualquier lugar); tercero, aunque no encontremos dobleces o algo extraño, debemos tensar nuevamente el cinturón cada vez que vayamos a colocar al pequeño.
- Colocar mal a los niños en la sillita. La colocación del niño es un paso importante de cara a conseguir una sujeción perfecta con la sillita. La mejor postura posible es aquélla en la que están sentados, erguidos y con la espalda pegada al asiento, y la cadera lo más atrás posible. En esa postura procederemos a colocar los arneses.
- Los arneses también hay que comprobarlos, y no hacerlo es un gran error. Hemos de ver si tienen también dobleces, o si por alguna razón no somos capaces de tensarlos correctamente. Un arnés que cede, que no está bien ajustado, no ayuda a los niños sino más bien lo contrario. Si es necesario, sacaremos el SRI del coche y procederemos a colocar perfectamente los arneses (esto es recomendable hacerlo cuando no necesitamos salir con los niños, de cuando en cuando y sin prisas).
- Colocar el arnés al niño si lleva puesto un abrigo voluminoso es un error. Esto se suele hacer con las prisas al ir al cole, pero es un error frecuente y fácilmente evitable. Cuanto más abrigado a el niño, menos podemos ajustar los arneses a su cuerpo por varios motivos: porque el volumen del abrigo nos impide hacerlo; porque pensamos (con razón) que el pequeño se agobiará con tanta ropa y tanta presión del cinturón. Lo correcto es tomarse el tiempo necesario para sacar el abrigo al crío, y sentarlo correctamente.
- Pensar que, si ajustamos más, estaremos molestando al niño, o pensar que ya que “casi” está en la altura reglamentaria, le podemos quitar el asiento elevador. Uno de los errores más frecuentes es anteponer los deseos lógicos de libertad de nuestros hijos, a su propia seguridad. Si nuestro hijo mide menos de 135 cm, ha de llevar su SRI reglamentario hasta que supere esa altura, por mucho que no les guste llevarlo.
- Si el niño va mirando hacia delante, colocar el asiento delantero lo más alejada posible del niño, para así incrementar su espacio de supervivencia en caso de un accidente.
La seguridad de nuestros hijos bien merece dedicar cinco minutos extra para comprobar el anclaje del SRI, los arneses, la postura y el reglaje de los cinturones. Son solo cinco minutos, y no más (pero frecuentemente es menos tiempo), y contribuimos a que los niños viajen seguros, y nosotros, más tranquilos.