Estas son las razones para no dejar solo a un niño en el coche
Hablamos de “coche al sol”, pero lo cierto es que no es necesario que se de esa situación concreta, si bien es lógico pensar que un coche al sol experimentará un aumento de la temperatura interna mucho más rápida que un coche que simplemente esté aparcado a la sombra, y que el peligro es mucho mayor.
Un coche al sol funciona como un horno: absorbe el calor que transmiten los rayos del sol, y no lo deja escapar, produciéndose una especie de efecto invernadero que eleva la temperatura de forma constante, y cada vez más rápido. Cuando llega al punto de equilibrio podemos estar hablando de temperaturas internas de más de 60 ºC.
Como nos recuerdan desde la Sociedad Española de Pediatría, un niño pequeño, de entre 1 y 5 años, puede fallecer en el plazo de entre 30 y 60 minutos si se queda encerrado en el coche en verano, sin ventilación.
Las razones por las cuales los niños pequeños son muy vulnerables son, principalmente:
- Tienen más superficie corporal que un adulto, en proporción con su peso, y acumulan más calor, más rápido
- Su cuerpo contiene más proporción de agua que los adultos
- Los niños tienen menos autonomía que un adulto para hidratarse, sobre todo cuánto más pequeños son, y se deshidratan fácilmente
Los motivos por los que un padre o cuidador puede dejar solo a un niño en el coche, son muy variados. Puede tratarse de un olvido, simplemente, por el cambio de rutinas o hábitos como el fin de la temporada escolar y el inicio de las vacaciones, o una circunstancia inesperada que absorba la atención de los adultos, y que finalmente desencadenen la tragedia.
Puede tratarse de una negligencia, no hay que obviar este punto, e incluso pueden ser los propios niños los que, por descuido en su inocente juego, se encierren sin darse cuenta en el coche, pretendiendo ser los conductores, o absortos en sus juegos y fantasías.
Ante un caso de abandono de un niño en el interior de un coche, debemos actuar con rapidez y tratar de sacar al pequeño lo antes posible, aunque siempre debemos llamar a los servicios de emergencia con rapidez para exponer la situación y que nos aconsejen qué hacer.
Ante una situación así, si intuimos que el menor corre peligro, los pasos a seguir son:
- Debemos intentar abrir el automóvil. Si no podemos, si no tenemos las llaves o han quedado en el interior, romperemos un cristal, siempre teniendo presente la seguridad del menor
- Lo primero es enfriar el cuerpo, trasladando al niño a una zona más fresca, introduciéndolo en agua tibia (nunca fría), aplicando toallas mojadas en la cabeza y en el resto del cuerpo, cuidando de remojarlos continuamente para que no se calienten. Si podemos abanicar o ayudar a refrigerar con un ventilador, será positivo
- Si el niño está consciente le ofreceremos líquidos, en pequeñas tomas, pero frecuentes. Es aconsejable elevar su cabeza
Es muy importante tratar de evitar por todos los medios cualquier situación de riesgo de este estilo, maximizando nuestra atención sobre los pequeños, manteniéndolos todo el tiempo bajo nuestra supervisión, y minimizando a su vez toda fuente de distracción innecesaria, de modo que siempre sepamos dónde y cómo están nuestros pequeños.