Aprendizaje en comunidad: oportunidades y futuro en el medio rural
Acción Contra el Hambre, a través de las Ayudas +Rural, ya ha mejorado la vida de 191 personas

FSE+
El futuro de los pueblos de la España rural no está escrito y, desde luego, no está abocado al olvido. Hoy, más que nunca, existe una creciente conciencia acerca de la importancia de revitalizar estas zonas, no sólo por lo que representan en términos de sostenimiento del medioambiente y del patrimonio cultural que atesoran, sino por el potencial que albergan para que muchas personas puedan desarrollar una vida plena y más sostenible que en las ciudades.
Andrés es un buen ejemplo de ello. Tras 45 años de trabajo en Madrid, se trasladó a vivir a Sacedón (Guadalajara). “Quería huir de la jungla, del estrés, de los agobios de la gran ciudad y poder desarrollar mi gran afición como pintor artístico”. Sin embargo, ya instalado en el pueblo, Andrés se encontró con múltiples barreras a la hora de encontrar un trabajo: su edad -68 años-, el hecho de no tener formación especializada y el menor volumen de ofertas de empleo del medio rural, lo llevaron a replantearse el retorno a Madrid.
Por suerte para Andrés, la ONG Acción contra el Hambre (ACH) ya se encontraba trabajando en la zona. Esta entidad desarrolla el programa Comunidades Rurales, cofinanciando por el Fondo Social Europeo+ y Fundación MAPFRE en el marco de las ayudas +Rural. Tras asistir a unas jornadas de difusión sobre Empleo y Emprendimiento Rural Sostenible en Sacedón, Andrés se incorporó a una comunidad de aprendizaje desde la que inició un itinerario de inserción laboral. “Se me abrió una enorme ventana de oportunidades que ni yo mismo intuía -explica-. Además de poder asistir a un taller de Turismo Rural Sostenible, trabajé con los técnicos de ACH en mi objetivo profesional y en la confección de mi propio currículo. También me enseñaron a buscar empleo a través de las herramientas digitales”.
El fantasma del fracaso, que amenazaba a Andrés con tener que regresar a ese Madrid del que había huido, comenzaba a desintegrarse. De repente, las piezas encajaban y las posibilidades reales de asentarse en el territorio afloraban: después de participar en tres procesos de selección, Andrés comenzó a trabajar en un puesto de ayudante de cocina durante los fines de semana y, finalmente, se incorporó al Ayuntamiento de Sacedón, donde trabaja en la actualidad.
La clave para que historias como la de Andrés acaben con éxito es la implicación de todos los agentes clave en un territorio -tanto públicos como privados-, mediante la creación de comunidades de aprendizaje, vitales para identificar necesidades sociales y formativas y que permiten pasar a la acción de forma efectiva. Desde que comenzó el proyecto, a comienzos de 2024, ACH ha conseguido crear doce comunidades de aprendizaje repartidas en las tres comunidades en las que desarrolla este programa: cuatro de ellas en Castilla- La Mancha, relacionadas con Gestión de Montes, Turismo Rural Sostenible y Agroforestal; cinco en Galicia (Cultura, Mujeres, Turismo Sostenible y Comunidad de Montes); y tres en Navarra, vinculadas a la empleabilidad y el emprendimiento como vehículo dinamizador. En total, esta iniciativa ha atendido a 191 personas, de las que el 61% son mujeres.
El perfil de los beneficiarios es muy variado: desde personas como Andrés que salen de la ciudad para establecerse en los pueblos, hasta los inmigrantes, que suman a las dificultades del ámbito rural el desconocimiento del idioma y de los trámites que han de seguir para poder asentarse; o bien la propia población autóctona de estas localidades que se resiste a tener que marcharse a otras zonas para labrarse un futuro.
“Estas ayudas están devolviendo a las personas la posibilidad de quedarse en su tierra, de seguir viviendo donde crecieron, pero con mejores oportunidades -explican desde ACH-. El medio rural ya no es solo el guardián de la cultura, la buena mesa, los refugios naturales o los remedios caseros; ahora también es un lugar donde es posible plantearse un modo de vida diferente”.
Gracias al proyecto Comunidades Rurales las personas que viven en los pueblos de España pueden emprender, crear negocios y trabajar cerca de sus familias sin tener que abandonar sus raíces en busca de mejores condiciones.
Desde Fundación MAPFRE, con los recursos brindados por el Fondo Social Europeo+, trabajamos para promover el empleo y conectar a las zonas rurales con el mundo, proporcionando recursos y mejorando servicios. Nuestro objetivo es conseguir que los pueblos no se conviertan en recuerdos vacíos, sino en comunidades prósperas, donde tanto los jóvenes como los mayores encuentren su futuro.



