Consejos sobre el uso del cinturón en las mujeres embarazadas
Desde Fundación MAPFRE ofrecemos algunos consejos para reducir el riesgo que puedan sufrir, prestando especial énfasis en el uso del cinturón de seguridad.
Recordamos que el uso del cinturón continúa siendo obligatorio en todas las plazas del coche sin importar la longitud del trayecto. En primer lugar, es preciso recordar que resulta mucho más seguro un cinturón de tres puntos que uno de dos, ya que la banda superior o torácica que ofrecen los cinturones de tres puntos representa una gran protección en caso de accidente. De hecho, las mujeres embarazadas en particular deberían evitar siempre que fuera posible utilizar cinturones de seguridad de sólo dos puntos (algunos vehículos todavía disponen de este tipo de cinturón en las plazas traseras). Aunque, incluso en el caso de las mujeres embarazadas, usar un cinturón de dos puntos es más seguro que viajar sin usar ningún cinturón.
Para colocar correctamente el cinturón de tres puntos, la banda pélvica ha de situarse sobre las ingles y debajo del vientre, mientras que la banda superior debería pasar entre los dos senos. Además, se deben evitar los errores más comunes como pasar la banda superior por detrás de la espalda o bajo el brazo o sentarse encima de la banda inferior.
En cuanto al resto de dispositivos de seguridad, cabe destacar que el airbag sigue ofreciendo seguridad para la madre embarazada, aunque debemos aumentar al máximo la distancia entre el salpicadero y el cuerpo de la mujer (o entre el volante y su cuerpo). La distancia mínima para evitar riesgos es de 25 centímetros, y en caso de que cualquier impacto haga saltar el airbag, debemos consultar el desarrollo del feto con el tocólogo de confianza.
Por último y para aumentar la comodidad, recomendamos ajustar la posición del volante hacia la parte superior del pecho o tórax en lugar de hacia el vientre y también colocar el respaldo en posición vertical, una posición más segura que la reclinada. Si estamos efectuando un desplazamiento largo, conviene aumentar el número de paradas para que la embarazada camine y active la circulación.
Después del parto suele ser recomendable consultar al médico y confirmar con él que conviene esperar unas tres semanas antes de volver a conducir, o seis si el parto ha sido con cesárea. En cuanto al recién nacido, es necesario prepararse de antemano y utilizar una sillita desde el primer viaje del hospital a casa.