Una ola de solidaridad imparable

Desde que pusimos en marcha los Premios Sociales, la tarea de elegir a los premiados ha sido más complicada en cada edición, dada la gran cantidad de personas y proyectos que serían merecedores de recibir todo nuestro reconocimiento. Nuestra sociedad se está haciendo cada vez más consciente de la necesidad de mirar a nuestro alrededor, de conocer a los que sufren y entender cómo podemos ayudar.

Los premiados de 2018 son un buen ejemplo de esta imparable tendencia; una empresa que produce de forma sostenible para su entorno y el medioambiente; profesionales de éxito que dedican su tiempo libre a ayudar a los más necesitados y una organización que gracias a voluntarios da de comer a mas de un millón de niños sin recursos. La sociedad está en marcha para reducir las desigualdades y ofrecer oportunidades a quién no las tiene.

En una ceremonia en la que el orgullo, la ilusión y la esperanza han estado bien presentes, Antonio Huertas, presidente de Fundación MAPFRE ha afirmado: “Somos afortunados por el momento que nos ha tocado vivir, porque también de nosotros, de la gente de bien, depende que, de esta encrucijada de desarrollo y transformación, seamos todos capaces de contribuir a rediseñar nuestro mundo para hacerlo más inclusivo, justo e igualitario”.

Todo los galardonados en esta edición son conscientes de su responsabilidad y han dado el paso a esa acción a la que, en palabras de Huertas, estamos llamados “hoy más que nunca, los ciudadanos y las empresas, sobre todo las que tienen más capacidad de trascender, como los grupos Globales”.

Así, al recibir el Premio a la Mejor Iniciativa Agropecuaria, Roberto Jank, presidente de Agrindus, la empresa brasileña galardonada se mostraba orgulloso “de poder cuidar de la tierra y de los animales y de ser responsables de proveer nutrición para las personas”.

Para Elena Mendía, de cirugía en Turkana, quién recogió el Premio al Mejor proyecto por su Impacto Social es importante entender las semejanzas con las personas que sufren, aunque estén lejos. “Da igual dónde vivas, cuánto dinero tengas, cuál sea tu profesión o tu religión. La enfermedad te hace débil. Es una condición miserable. Entonces comprendes nuestras semejanzas. A los ojos de un médico un ser humano es eso, un igual que necesita recuperar su salud y recibir unos cuidados dignos. Por eso vamos a África cada año. A darles algo que nosotros tenemos y ellos no: salud a través de nuestras operaciones” afirmó en su discurso.

Gracias a la labor de Mary´s meals, se está ofreciendo a más de un millón de niños nutrición, pero además una oportunidad para tener un futuro. Al tener el estómago lleno, “se llenan las aulas, baja la abstención, suben las notas, mejora la salud, declaró su presidenta en España, Elisalex Löwenstein, al recoger el Premio a la Mejor Entidad por su Trayectoria Social.

Por último, Emilio Aragón recibió el Premio a Toda una Vida Profesional, José Manuel Martínez Martínez poniendo el foco en la esperanza. “Cuando vemos el trabajo que hacen organizaciones como las hoy premiadas, volvemos a conectar con la esperanza. Ante tanto ruido que distorsiona nuestras vidas, son personas como las que hoy premia Fundación MAPFRE las que nos hacen decir en voz baja aquello de que “quizá no todo esté perdido”, afirmó.