Berenice Abbott y Nueva York

La ciudad como prolongación de la mirada de la artista

La ciudad como prolongación de la mirada de la artista

Berenice Abbott
Wall Street, 1932
International Center of Photography Purchase, with funds provided by the National Endowment for the Arts and the Lois and Bruce Zenkel Purchase Fund, 1983 (388.1983)
© Getty Images / Berenice Abbott

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Arte

Bohemia, con su pelo corto de muchacho y la determinación que otorga la juventud, Berenice Abbott llegó a Nueva York en 1918 para estudiar escultura en el Greenwich Village. Y aunque tres años después la artista norteamericana decidiera embarcarse en una nueva aventura y viajar a Europa, Nueva York siguió siendo un elemento que, de una manera u otra, siempre formó parte de su crecimiento artístico. Bajo su mirada la ciudad alcanzó una nueva dimensión.

Nacida en una familia de clase media en Springfield, Ohio, en 1898, Berenice vivió una infancia difícil. La ruptura de sus padres cuando ella tenía dos años, y la separación de sus tres hermanos forjó un carácter fuerte e independiente.

Con veinte años y las ideas claras, abandonó sus estudios de periodismo y puso rumbo a sus sueños. Los círculos más vanguardistas de la ciudad de Nueva York acogieron con entusiasmo su espíritu audaz y moderno. En su círculo se incluían Eugene O’Neill, Man Ray y Marcel Duchamp, entre otros.

En 1929, después de su paso por París, Abbott regresó a Nueva York. La ciudad, con la quiebra de la Bolsa estaba viviendo un momento convulso y, en lo peor de la crisis financiera, se volvió moderna en manos de la joven fotógrafa, que decidió abandonar a Atget, a Man Ray, a Djuna Barnes y a sus amigos del movimiento dadaísta y dejó de hacer retratos para dedicarse a documentar la ciudad.

Se colaba en los edificios, llamaba a la puerta y se sentaba en casa de extraños, en el segundo o tercer piso de algún bloque, para ver la ciudad desde la perspectiva adecuada. Abrió la ciudad de par en par y la fotografió como nunca nadie lo había hecho. Vulnerable, tenaz y salvaje, ordenada e impredecible, la ciudad se convirtió en una prolongación de la voluntad de esta artista irrepetible.

Conoce a la artista. A partir del 20 de febrero en Sala Fundación MAPFRE Casa Garriga Nogués de Barcelona.