¿Es importante el ángulo de reclinado?
Te contamos cómo colocar el adecuado
Seguridad Vial
Nos puede parecer que la reclinación en las sillas, simplemente obedece a una cuestión de confort del menor pero, sin dejar de ser cierto, existe una relación importante entre la reclinación y la seguridad de su ocupante.
Es sobre todo, en los primeros meses de vida, en los que llevamos al bebe o menor mirando hacia atrás cuando es más importante el ángulo de reclinación.
La proporción del peso de la cabeza con respecto al cuerpo en un bebé es del 25%, mientras que en un adulto es de entre el 6 y 8%. Además, las partes más delicadas de un bebé son la cabeza y el cuello. Ese “exceso” de peso en la cabeza hace que el cuello, que no se osificará hasta los 3 años, reciba unas cargas importantes en caso de colisión, que corresponden al peso de la cabeza. Aquí es donde entra en juego el ángulo de reclinación. La dirección de la fuerza en una colisión es, en general, hacía delante (colisión frontal). La fuerza con que la cabeza tira del cuello será mayor cuanto más reclinada está la silla de niños, siendo máxima si la silla está totalmente horizontal, y siendo 0 si lleváramos al niño en posición totalmente vertical.
Por lo tanto, según la física lo adecuado seria poner al menor con la espalda totalmente vertical, pero claro…los bebés no tienen tensión en el cuello, e incluso cuando crecen y la tienen, se duermen y, por lo tanto, la cabeza se les cae hacia delante.
Si permitimos que la cabeza se les caiga hacia delante, en caso de colisión también pueden aparecer lesiones en el cuello y cerebro, por lo que es importante encontrar un punto medio, un compromiso entre la verticalidad y la horizontalidad.
En las sillas de niños actuales ese compromiso se encuentra alrededor de los 40º-45º. Es en ese punto donde la cabeza del bebé no se cae, y estamos reduciendo los esfuerzos que recibe el cuello y cabeza a niveles seguros.
Por lo tanto, dentro del coche no debemos buscar sistemas con excesiva reclinación sino sillas de niños en las que, una vez montadas en el coche, podamos encontrar el compromiso adecuado entre la mayor verticalidad posible sin que la cabeza se caiga hacia delante.
Cuando hablamos de sillas mirando hacia delante, difícilmente podremos garantizar que el cuello no reciba cargas muy elevadas, independientemente del ángulo de respaldo que tengamos, por lo que miraremos más el confort del menor para colocar la inclinación del respaldo de los niños.
Visto todo lo anterior, desde Fundación MAPFRE recomendamos llevar a los menores el mayor tiempo posible y siempre como mínimo hasta los 4 años mirando hacia atrás.