Ilse Bing

16.FEB.2023          14.MAY.2023

Tres hombres sentados en las escaleras junto al Sena, 1931

Ilse Bing
Tres hombres sentados en las escaleras junto al Sena, 1931
International Center of Photography, Nueva York, donación de Ilse Bing, 1991
© Estate of Ilse Bing

Exposición

 

16.FEB.2023        14.MAY.2023

Dónde

Centro de Fotografía KBr
Avenida Litoral, 30 – 08005 Barcelona

Procedente de una familia judía acomodada, Ilse Bing (Fráncfort, 1899-Nueva York, 1998) descubrió su vocación fotográfica cuando en 1929 comenzó a realizar fotografía para ilustrar su tesis de historia del arte, que decidió abandonar para dedicarse exclusivamente a la fotografía. Empezaba así un singular y apasionante recorrido biográfico y artístico que se prolongaría, por lo que a la fotografía se refiere, durante las siguientes tres décadas.

Se traslada entonces (1930) a París, donde se dedica al fotoperiodismo al mismo tiempo que aborda otros proyectos fotográficos de carácter personal que pronto hacen de ella una reconocida representante de las propuestas renovadoras que, en el terreno de la fotografía, surgían en el estimulante y dinámico ambiente cultural de la capital francesa. La ocupación nazi la obliga a exilarse, y en 1941 llegó a Nueva York con su marido, el pianista Konrad Wolff. Casi veinte años después, en 1959, cuando contaba sesenta años, decidió abandonar su trabajo como fotógrafa para dedicarse, hasta su fallecimiento, a las artes plásticas y la poesía.

La fotografía de Bing es difícil de adscribir a los movimientos o tendencias en los que se inspiró. Su obra transitó por todos los géneros, desde el retrato y el autorretrato hasta los objetos cotidianos, las escenas de calle, el paisaje o la fotografía de arquitectura, pero lo hizo desde una diversidad estilística que no es sino el reflejo de su personal y valiosa lectura de las diversas corrientes culturales con las que se relacionó: el surrealismo parisino, la inspiración alemana de la Nueva Objetividad y la Bahuaus y, finalmente, el inagotable dinamismo de la metrópoli neoyorquina.

Comisario: Juan Vicente Aliaga

La obra de Bing se ha conservado desperdigada entre diversas colecciones de Europa y Estados Unidos, y es ésta la primera ocasión en que una exposición la da a conocer en su conjunto en España.

Formada por cerca de 200 fotografías y diversos materiales documentales, la exposición propone un completo recorrido por la trayectoria de Ilse Bing a través de diez secciones organizadas cronológica y temáticamente: “Descubriendo el mundo a través de una cámara: los inicios”, “La vida de las naturalezas muertas”, “El cuerpo danzado y sus circunstancias”, “El bullir de la calle: los años franceses”, “Luces y sombras de la arquitectura moderna”, “La seducción de la moda”, “Estados Unidos en dos etapas”, “Revelaciones de la autoimagen”, “Naturaleza en vivo” y “Retrato del tiempo”.

En su presentación en Barcelona, la exposición suma dos importantes novedades respecto a su paso previo por nuestra sala de Madrid: la inclusión de cuatro fotografías de procedentes de las colecciones del Musée Carnavalet (París) y la exhibición en sala de la película Drei Fotografinnen: Ilse Bing. Realizada cinco años antes de su fallecimiento (1993) bajo la dirección de Antonia Lerch, la película (54 min.) nos muestra a una Ilse Bing ya muy frágil, que se mueve con dificultad en la estrechez de su modesto apartamento, pero con la capacidad de evocar con plena lucidez su vida y su obra. Un emocionante testimonio que muestra la profunda vitalidad y el impulso creador que hacen de las imágenes de Bing obras fundamentales de la fotografía de la primera mitad del siglo XX.

Arquitectura. La arquitectura constructivista, que fomentaba el aspecto social de la disciplina, tuvo una gran repercusión fuera de la Unión Soviética gracias a El Lissitzky que promoción este movimiento fuera de sus fronteras. A partir de 1910 la ciudad de Fráncfort se convirtió en prototipo del urbanismo moderno gracias al arquitecto Ernst May, pues comenzó a dejar a un lado su trazado medieval en favor de una transformación que atendiera a las distintas necesidades sociales gracias. Tanto las teorías constructivistas como las de la Bauhaus, tuvieron gran repercusión en el trabajo de Ilse Bing. A su llegada a París, la artista se centró en una de las obras más emblemáticas de la capital, construida para la Exposición Universal de 1889. La Torre Eiffel había sido capturada en 1925 por László Moholy-Nagy, que tanta influencia tuvo en Bing, pero la autora no se centró solo en la belleza de las formas y en la geometría abstracta de la construcción, también capturó los alrededores fotografiándola a distintas alturas desde el interior.

Lo mismo ocurrió con los altos edificios de Nueva York, que fotografió con una mirada distanciada a la par que crítica, pues no faltan, junto a la arquitectura vertical, edificaciones bajas y humildes.

Los objetos surrealistas: Ilse Bing sintió desde muy temprano una gran fascinación por los objetos inanimados, bodegones, sillas, periódicos, motivos comunes en el arte de las tres primeras décadas del siglo xx. El surrealismo supuso una revolución en lo que respecta a este tipo de objetos, pues incluyó en las composiciones cierto aire mágico y de misterio indisoluble. Los objetos cotidianos de Bing, sobre todo los de su época parisina, están imbuidos de cierto aire melancólico, casi como de ensueño. En cambio, en el periodo de exilio en Estados Unidos se advierte una cierta apariencia de frialdad y emergen rasgos formales y simbólicos, como el cerramiento o acotamiento de la escena captada.

El movimiento. Mientras vivía en Alemania, Ilse Bing se había interesado ya por el movimiento de los bailarines de la escuela de Rudolf von Laban, considerado el padre fundador de la danza expresionista. A su llegada a París, recibió un encargo para fotografiar el museo de cera del Moulin Rouge. Cuando realizaba este proyecto, la autora fotografió la vida cotidiana dentro y fuera del escenario, pero sobre todo las bailarinas en pleno movimiento. Captó la vibración de la danza, los giros circulares, la apertura de piernas de las bailarinas de perfil. Además de la serie de imágenes que tomó del bailarín Gerard Willem van Loon, uno de los trabajos más destacados que hizo en torno al movimiento fue la serie para el ballet L’Errante, del coreógrafo George Balanchine, con decorado y libreto del pintor ruso Pável Chelishchev para la compañía Les Ballets. Un espectáculo que tuvo lugar en el prestigioso Théâtre des Champs-Élysées de París en junio de 1933 y posteriormente en Londres.

Pionera de la fotografía: Ilse Bing formó parte de una generación de fotógrafas que logró una visibilidad hasta entonces insólita, entre ellas Germaine Krull, Florence Henri, Laure Albin-Guillot, Madame d’Ora, Berenice Abbott —a quien Fundación MAPFRE dedicó una exposición en 2019—, Nora Dumas y Gisèle Freund. No era habitual que las mujeres fueran artistas, y por lo general este campo estaba ocupado exclusivamente por hombres, que miraban con desdén, incluso con animadversión, la presencia de las mujeres en el ámbito social y cultural; a pesar de esto, Bing utilizó la cámara como medio para afirmar su identidad y enarbolar su independencia.

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