Garry Winogrand 

11.JUN.2021           05.SEP.2021

Exposición Universal de Nueva York, 1964

Garry Winogrand
Exposición Universal de Nueva York, 1964
© The Estate of Garry Winogrand, courtesy Fraenkel Gallery, San Francisco

Exposición

 

11.JUN.2021         05.SEP.2021

Dónde

Centro de Fotografía KBr
Avenida Litoral, 30 – 08005 Barcelona

La exposición Garry Winogrand, que alberga el centro de fotografía KBr Fundación MAPFRE, en Barcelona, pretende incidir en la importancia que, para el estudio de esta disciplina, tienen algunos de los mejores fotógrafos de la segunda mitad del siglo xx y, en el caso concreto de este artista, como figura clave en la renovación de la fotografía documental.

En 1978, John Szarkowski, considerado uno de las personalidades más influyentes en la formación del gusto fotográfico y director del Departamento de Fotografía del Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York desde 1962, definió a Garry Winogrand (Nueva York, 1928-1984) como «el fotógrafo más importante de su generación».

Sus fotografías recogen tres décadas de una extensa labor realizada «en y entre» el flujo urbano, a través del cual representa una realidad que se muestra tal y cómo es, sin juicios morales, como si de un catálogo de la vida cotidiana se tratara. En 1963, para la solicitud de su primera beca Guggenheim, escribió: «He estado fotografiando Estados Unidos para intentar […] averiguar quiénes somos y cómo nos sentimos, observando nuestra apariencia mientras la historia se producía y se sigue produciendo a nuestro alrededor en este mundo», y expresaba, a su vez, la consternación que sentía al descubrir que los sueños de los estadounidenses son «baratos y triviales» y están construidos sobre «apariencias y fantasías».

Comisario: Drew Sawyer

La muestra, que incorpora las fotografías en blanco y negro más conocidas del artista, se enriquece con nuevas aportaciones y ofrece aspectos pocos conocidos de su trayectoria. A principios de los años cincuenta el autor comenzó a utilizar película de diapositivas a color cuyas posibilidades artísticas intuyó pronto. Estas obras, que se proyectan por primera vez en España y de las que se han seleccionado ciento cincuenta y dos, completan el recorrido cronológico que ofrecemos por su extensa obra.

El modo de trabajar de Winogrand, casi de forma compulsiva, muestra el caos y la vitalidad de la sociedad norteamericana de los años sesenta en su ciudad, Nueva York, pero también en los distintos lugares que visitó, pues a partir de 1955 recorrió por carretera buena parte de los Estados Unidos. En 1973 se mudó a Austin (Texas), donde compatibilizó su carrera de fotógrafo con la de docente. Cinco años más tarde se trasladó a Los Ángeles, donde vivió durante seis años. En febrero de 1984 le fue detectado un cáncer de vesícula biliar y falleció dos meses después, a la edad de 56 años.

Con esta exposición queremos arrojar una nueva luz sobre uno de los artistas fundamentales en la historia de esta disciplina, y que fue calificado como «el fotógrafo más importante de su generación», lo que le sitúa a la altura de otros nombres emblemáticos de la fotografía como Walker Evans o Lee Friedlander.

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Estados Unidos en la posguerra: tras la Segunda Guerra Mundial, la victoria dio a los estadounidenses un hálito de esperanza. La Gran Depresión y el crack del 29 habían asolado el país y muchos temieron que tras la contienda los buenos tiempos no volverían. Sin embargo, el país se embarcó en un tiempo de riqueza económica acompañada de una nueva libertad. Las restricciones sociales, e incluso las raciales, comenzaban a relajarse. Pero también fueron tiempos de inquietud. El miedo a la subversión, a una mayor emancipación de la gente de color, a la excesiva libertad, a las armas nucleares, parecía estar en la mente de buena parte de la población. La persecución velada de los que eran considerados de “izquierdas” marcó uno de los aspectos del periodo de la Guerra Fría. Estas contradicciones, las de un ambiente próspero y fuerte, el aparentemente conseguido “American way of life” mezclado con esa sensación de miedo, incluso de angustia, se encuentran reflejadas en la obra de Garry Winogrand como en ninguna otra de los fotógrafos de su generación.

La calle: hacia 1957 el artista abandona su ocupación como fotorreportero por encargo para revistas ilustradas y se dedica en exclusiva a su trabajo personal y a la publicidad. Tras su primera exposición individual en 1960 en la Image Gallery de Nueva York, comienza a utilizar distintas técnicas y recursos para capturar la energía y la vitalidad de las calles de la ciudad, como el gran angular o el plano inclinado, que le permiten considerarse a sí mismo un fotógrafo serio. Alejado de todo sentimentalismo, persigue la autenticidad y la sinceridad, tanto en su vida como en su obra. Sus imágenes consiguen capturar el espíritu de toda una generación que, tras un periodo de bonanza, oculta un sentimiento de desasosiego por un mundo que aparentemente es capaz de enfrentarse a cualquier cosa y que sin embargo parece abocado al colapso.

La fragmentación: las imágenes de Garry Winogrand, a contracorriente de las tendencias fotográficas, no siempre dan una explicación de lo que retratan, pues el artista se mueve en el terreno de una cierta ambigüedad. Vemos personajes cortados, primeros planos que se centran en un motivo situado en una esquina de una fotografía, o fogonazos de luz que nos impiden la comprensión al primer vistazo.

Sus fotografías generan desconcierto y hacen que nos preguntemos qué es lo que realmente cuenta la imagen, quién es el personaje que tenemos ante nuestros ojos o el porqué de esa escena fraccionada. Es como si el artista también se estuviera haciendo esas mismas preguntas, para las que no siempre obtiene una respuesta porque, en realidad, se interesa más por cómo las imágenes transmiten el mundo que por lo que cuentan de él. A pesar de todo, Winogrand nunca fue muy dado a dar explicaciones sobre su obra. En una ocasión, cuando le preguntaron por el motivo de sus imágenes, señaló: “Hago fotografías para descubrir qué apariencia tendrá algo una vez convertido en fotografía”, rechazando así su carácter narrativo o simbólico.

El color: en 1967, en la emblemática exposición New Documents, celebrada en el MoMA de Nueva York, se presentó por primera vez una selección de 80 diapositivas a color de Garry Winogrand. Debido a diversas dificultades técnicas con el proyector, que se averió y acabó quemando unas diez de ellas, fueron retiradas de la muestra. Por ello, en vida del artista, esas imágenes a color apenas se conocían. Sin embargo, en las reuniones con amigos y en sus clases, el autor las enseñaba mediante pases de diapositivas similares al que reproduce el montaje realizado para mostrarlas en exposición que presentamos aquí. Es la primera vez que puede verse esta parte de su trabajo en España.

Actualmente, el Center for Creative Photography de Tucson (Arizona), que custodia su legado, conserva más de 45.000 diapositivas en color del autor. Nuestro agradecimiento por su apoyo y participación, que han permitido que esta exposición sea una realidad.

IMS

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