Henri Cartier-Bresson
28.JUN.2014 ──────── 07.SEP.2014
Multitud esperando delante de un banco para sacar el oro durante los últimos días de Kuomintang, Shanghái, China, 1948
Colección Fundación Henri Cartier-Bresson, París
© Henri Cartier-Bresson / Magnum Photos, cortesía Fundación Henri Cartier-Bresson
Esta exposición fue la primera gran exposición retrospectiva que se realizó en Europa desde la muerte del artista. En ella se puso de manifiesto toda la riqueza de su obra y la diversidad de su trayectoria como fotógrafo, desde la estética surrealista hasta el foto reportaje o su estilo intimista de los últimos años.
Esta muestra invita a admirar la obra de Cartier-Bresson, conocido como “ojo del siglo” por ser un testigo clave de la historia del siglo XX. A través de< más de quinientas fotografías, dibujos, cuadros, películas y documentos, la muestra recorre la larga carrera de este gran fotógrafo, uno de los más importantes del siglo XX y una de las figuras clave en la modernidad.
La exposición, realizada por el Centre Pompidou de París en colaboración con Fundación MAPFRE y con la participación de la Fondation Henri Cartier-Bresson, reunió obras procedentes de más de 20 colecciones internacionales, entre las que destacan la Fundación Cartier-Bresson de París, el Musée d´art Moderne de la Ville de Paris, la Cinémathèque Française, The Art Institute of Chicago, The Metropolitan Museum of Art de Nueva York, MOMA de Nueva York y el Philadelphia Museum of Art.
La exposición
La obra fotográfica de Henri Cartier-Bresson es el resultado de la combinación de múltiples factores: cierta predisposición artística, la tenacidad en el aprendizaje, el ambiente de la época, sus aspiraciones personales y sus magníficas relaciones. La producción del autor se inició en la década de 1920, y se caracterizó por esa doble vertiente de pintura y fotografía practicadas como afición; y se fue desarrollando y asentando en algunos hitos a lo largo del tiempo, como su viaje a África de 1930-1931.
En todos sus trabajos se refleja su amor por el arte, las horas empleadas en leer o en contemplar cuadros en los museos, la marca profunda de las enseñanzas de André Lhote y la relación con sus amistades norteamericanas: Julien Levy, Caresse y Harry Crosby, Gretchen y Peter Powel. Junto al primero de ellos, Cartier-Bresson se inició en las artes de la composición, y en compañía de los segundos descubrió las fotografías de Eugène Atget y las de la corriente de la Nueva Visión. El primer Cartier-Bresson aglutina en su obra estas influencias tan diversas.
El recorrido de la exposición, a la vez cronológico y temático, se articuló en torno a tres ejes: el periodo comprendido entre 1926 y 1935, marcado por su relación con el movimiento surrealista, sus inicios fotográficos y sus grandes viajes por el mundo. Un segundo escenario está dedicado al compromiso político de Henri Cartier-Bresson desde su regreso de los Estados Unidos en 1936 hasta que volvió a Nueva York en 1946. La tercera secuencia arranca con la creación de la agencia Magnum Photos en 1947, y se extiende hasta principios de la década de 1970, momento en que el autor dejó de realizar fotorreportajes.
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