Macchiaioli. Realismo impresionista en Italia

Unidos por las aficiones artísticas y políticas,  los macchiaioli privilegiaron la abreviación, la masa y el relieve, frente a la minuciosidad descriptiva propia de la pintura romántica anterior.  Esta exposición nos mostró su propuesta de arte nuevo.

La exposición

Esta exposición, la primera realizada en España en torno al movimiento italiano de los macchiaioli, nos introdujo en uno de los capítulos más brillantes de la modernización de la pintura europea, un momento artístico que supuso un adelanto a buena parte de las premisas proclamadas posteriormente por los impresionistas.

Al igual que los impresionistas, los macchiaioli se interesaron profundamente por las nuevas investigaciones en torno al color y a la óptica. A través de la luz y del color, los impresionistas fundaron un nuevo sistema de visión de lo real; los macchiaioli, sin embargo, «simplificaron» la visión tradicional, eliminando, a través de esos mismos valores, las habituales perspectivas escenográficas, y retomando la formulación del siglo XV.

La definición de las composiciones mediante la mancha de color les valió a estos pintores el calificativo peyorativo de macchiaioli («manchistas») por parte de un crítico anónimo; denominación que en 1862 Signorini adoptó para el grupo, estableciendo así un paralelismo evidente con el término «impresionismo», lanzado irónicamente por el periodista Louis Leroy en 1874, y adoptado por Monet y sus amigos.

Las pinturas de los Macchiaoli, pequeñas en cuanto a formato pero monumentales en su concepción, crearon una sincera e innovadora visión del paisaje toscano, con fuertes contrastes lumínicos captados mediante la yuxtaposición de manchas de color. Entre sus principales protagonistas destacaron Giovanni Fattori, Silvestro Lega, Telemaco Signorini, Giuseppe Abbati, Giovanni Boldini o Odoardo Borrani, todos ellos unidos en torno al crítico y mecenas Diego Martelli.

La muestra, co-producida por Fundación MAPFRE y los museos de Orsay y de L’Orangerie, París, reunió cerca de 100 obras procedentes de las más prestigiosas colecciones públicas y privadas italianas, entre las que destacan la Galleria d’Arte Moderna del Palazzo Pitti, la Galleria Nazionale d’Arte Moderna de Roma, Galleria d´Arte Moderna de Milán, la Fondazione Musei Civici di Venezia, la Galleria Internazionale d´Arte Moderna di Ca’Pesaro de Venecia, el Museo Civico Giovanni Fattori, de Livorno y el Istituto Matteucci de Viareggio, entre otras.