Imogen Cunningham
18.SEP.2012 ──────── 20.ENE.2013
Imogen Cunningham
Construcción de madera, Nueva York, 1956
© Imogen Cunningham Trust
Esta gran retrospectiva sobre la obra de la reconocida fotógrafa estadounidense Imogen Cunningham fue la muestra más completa realizada hasta la fecha sobre esta artista que participó en la formación del movimiento moderno en la fotografía.
La exposición
Imogen Cunningham cosechó grandes éxitos y reconocimientos a lo largo de toda su carrera. Conocida por su versatilidad a la hora de elegir los temas y por su capacidad para encontrar la belleza en las cosas comunes, Cunningham fotografió la vida que la rodeaba: a su familia, la naturaleza, bodegones, escenas callejeras y desnudos, y hasta su muerte a la edad de noventa y tres años mantuvo una infatigable labor experimental y ejerció su profesión de retratista.
Nacida en una granja de Pórtland, Oregón, se inició en el positivado de sus fotografías en una leñera reconvertida por su padre en cuarto oscuro. Tras licenciarse en ciencias químicas, recibió una beca para estudiar en Dresde, lo que alimentó su sed de experimentación e impulsó su desarrollo de un estilo propio que, tras sus inicios en el pictorialismo bajo la influencia de Gertrude Käsebier, se acercaría a los principios de la “nueva objetividad” con su presencia en 1932, junto Ansel Adams o Edward Weston, en el núcleo fundacional del grupo f/64.
Para entonces, ya se había granjeado su primer reconocimiento internacional con su participación en la histórica exposición Film und Foto, celebrada en Stuttgart en 1929, donde sus imágenes de motivos vegetales y desnudos aparecían dominadas por la sensualidad de la mirada.
Siendo ya una retratista consumada, fotografió a artistas plásticos, bailarines, escritores y músicos entre los que se encuentran destacadas figuras del pensamiento y la creación del siglo XX, como los fotógrafos Alfred Stieglitz, August Sander y Lisette Model, la bailarina y coreógrafa Martha Graham, el actor Cary Grant o la pintora Frida Kahlo.
Esta exposición reunió dos centenares de fotografías, entre ellas, imágenes inéditas o raramente expuestas, provenientes principalmente de su propio legado, el Imogen Cunningham Trust, y de varios museos como el Seattle Art Museum o la George Eastman House, que recorren las siete décadas de su dilatada trayectoria. Arrojando una nueva mirada sobre el conjunto de su obra, la muestra nos permitió conocer los diversos temas que captaron su atención y las distintas formas en que tomaron cuerpo en sus creaciones: inesperadas abstracciones de la luz, sombras y formas de la figura humana, “fotografías robadas” de la vida en la ciudad, revelaciones de la plasticidad de flores y plantas… Todo ello dominado por una visión cuyo foco es la belleza.
También te puede interesar