Tras suspender el examen de ingreso de la Escuela de Bellas Artes de Kazan, Serge Charchoune (Buguruslán, Rusia, 1889 - Villeneuve-Saint-Georges, Francia, 1975) fue enviado por su padre a distintas academias en Moscú. En 1910 descubrió a los impresionistas en la Galería Tretiakov, lo que afianzó su vocación artística. En 1912 desertó del ejército y se refugió en París. Se inscribió en la academia La Palette, frecuentada por los cubistas, donde conoció a su compañera, la escultora Helena Grünhof. Durante la Primera Guerra Mundial, la pareja se trasladó a Barcelona. En 1917, Charchoune entró en contacto con el movimiento Dadá a través de Picabia. Asistió al escandaloso Festival Dadá de la sala Gaveau y, a partir de entonces, se sumó a todas las actividades del grupo.

Aunque su intención inicial era participar en la Revolución rusa, el relato de Isadora Duncan le disuadió. Mientras Helena Grünhof marchó a Rusia, Charchoune volvió a París, realizó ilustraciones para revistas y vivió su dadaísmo en solitario. Tras el aislamiento y desaliento de los años treinta, en la década siguiente se recuperó al poder contar con un taller y vender algunos lienzos. El agua y la música fueron su fuente de inspiración. En 1971, el Musée d’Art Moderne de París organizó su primera retrospectiva.