La obra de Robert Adams es, en esencia, el registro atento y vigilante de los cambios que de la mano del hombre se producen en el paisaje. En la década de los setenta, precisamente en el centro del territorio al que más intensamente se vincula su obra, el desértico paisaje de Colorado, se construye la planta de fabricación de armas nucleares The Rocky Flats. El día que Adams ve elevarse en el horizonte una columna de humo, toma conciencia de la amenaza.

Decide entonces recorrer, desde 1979 hasta 1983, la cercana ciudad de Denver —su periferia, sus enormes aparcamientos y sus centros comerciales— registrando con su Hasselblad al ciudadano anónimo conformado dócilmente con las rutinas de la sociedad de consumo, ajeno al peligro silente y cercano de la planta nuclear. El peligro potencial contrasta con la apariencia de tranquilidad de las imágenes. Sin embargo, carentes de dramatismo, las fotografías transmiten una terrible sensación: la vulnerabilidad ante la posibilidad de que todo, desde lo más hermoso a lo más banal, pueda desaparecer en cualquier momento.

La serie fue publicada por Aperture en 1983 bajo el título Our Lives and Our Children: Photographs Taken Near The Rocky Flats Nuclear Weapons Plant. En 2018, la Fondation Henri Cartier-Bresson organizó una exposición monográfica sobre este trabajo.