Hijo de una familia acomodada de origen vasco establecida en Jaén, Rafael Zabaleta (Quesada, Jaén, 1907-1960) estudió en la Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando de Madrid. En 1935 viajó a París, donde conoció la obra de los artistas contemporáneos. En 1937 fue delegado del Tesoro Artístico Nacional, encargado de la protección y recuperación del patrimonio en Valencia, Guadix y Baza. Terminado el conflicto, fue recluido en el campo de concentración de Higuera de Calatrava. Puesto en libertad al cabo de quince días y ya de regreso en Madrid, fue denunciado por su actuación en el Tesoro Artístico Nacional y encarcelado en Jaén, donde le incautaron sus dibujos de guerra.

Tuvo un papel activo en la renovación del panorama artístico bajo el franquismo. En 1951 celebró una exposición individual en el Museo Nacional de Arte Moderno que fue el punto de partida de una etapa muy creativa. En Barcelona, participó en la III Bienal Hispanoamericana y en los Salones de Mayo, y colaboró en la Sociedad Anónima de Intelectuales y Artistas para promover un futuro museo de arte contemporáneo. En 1960, cuando varias salas del pabellón español de la Bienal de Venecia estaban dedicadas a su obra, murió víctima de una hemorragia cerebral.